Papelinas de cocaína oculta en cajas de infusión. Una curiosa forma de llevar consigo este tipo de estupefaciente con la que la Policía sorprendió a un traficante al que le estaban haciendo un seguimiento en los bares de Zaragoza por los que se movía y en los que, al parecer, entregaba la mercancía con aroma a hierbas.

El arresto de O. D. C., de origen dominicano y con antecedentes por robos con fuerza y hurtos, se produjo en plena calle por parte del Grupo Operativo de Respuesta (GOR) en el marco de una investigación del Grupo contra el Tráfico Minorista de Drogas de la Jefatura Superior de Policía de Aragón. Admitió en ese momento que lo que había en esas cajas eran 27 gramos de cocaína.

El hallazgo de la droga permitió a los agentes confirmar las sospechas que tenían tras las vigilancias que habían realizado tanto en los bares que recorría como en su vivienda, en la calle Contamina. Habían observado un trajín de personas que iban a su casa y rápidos saludos con clientes de los establecimientos hosteleros en los que había choques de mano con un pase de droga incluido. Cuando llegaron a su piso observaron 346 gramos de cocaína valorados en 21.327 euros y un arma SIMULADA y una daga.

Junto a las sustancias intervenidas, los agentes hallaron numeroso material para la manufactura de las papelinas que luego, presuntamente, vendía. En la entrada y registro en la vivienda también participó la Unidad Canina especializada en detección de sustancias estupefacientes.

Tras no declarar, asistido por los abogados Carmen Sánchez Herrero y Luis Ángel Marcén, la jueza titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Zaragoza le envió a prisión.