Este año las tradicionales palmas blancas con decenas de caramelos y chocolatinas colgando no se secarán como el pasado año por el culpa del coronavirus que confinó a toda España. No pudieron venderse. Este Domingo de Ramos volverán a las calles, especialmente en las manos de los más pequeños, y en el interior de las iglesias donde volverán a competir con los ramas de olivos. No se verán sobre el paso de la Borriquita, salvo que la cofradía de La Entrada consiga un templo en el que exponer su paso de misterio, ya que la DPZ no autorizó abrir San Cayetano, su sede canónica.

A escasos metros de este templo, en la calle del Temple, la centenaria cestería que Belén García tiene junto a su madre Antonia Escuer es, como todos los años, un no parar de personas que confían en ellas para adquirir estos artículos tan propios de la Semana Santa. Con sus propias manos confeccionan estas palmas que adquieren en Elche.

Belén reconoce que en un primer momento no iba a adquirir por ser «una Semana Santa descafeinada». «Al final pedí el material y nos pusimos a rizarlas, pero sin saber que tendría que volver a solicitar porque la demanda era superior a lo que había previsto», recalca esta zaragozana que señala que «le quedan las últimas». No obstante, reconoce que otros años «hace el triple». Tiene una clientela fija, especialmente de abuelos y madrinas que las adquieren para los más pequeños de la casa.

Los precios que manejan en esta tienda artesanal son amplios. La más cara, la especial porque tiene más trabajo que ninguna, vale 14 euros, pero hay más asequibles dependiendo de los tamaños. De 7, 8 y 9 euros. También venden por 2,80 euros unas de tamaño miniatura que colocan en las solapas. Las rizadas se imponen a las lisas.

En la calle

En la calle como también es tradicional para estas fechas en las principales calles de Zaragoza y muy cerca de iglesias se ubican puestos que podrían considerarse las actuales pop up. Allí también venden palmas y la oferta la amplían con decenas de dulces de todos los tipos para hacer las delicias de los más pequeños. Los paraguas o los huevos de chocolate son un clásico, pero a la oferta se suman también artículos en los que aparecen las princesas de Frozen, los Minions o Pocoyó. Cuando pase el Domingo de Ramos ya no estarán y muchos niños los echarán de menos para llevarse algo de azúcar a la boca.

¿Y cuál es el secreto para que tengan ese color si la palmera es verde? Cuando el sol le da a la hoja esta se vuelve verde, así que forman un envoltorio con las palmas exteriores que proteja de la luz