Las arcas públicas de la comunidad aragonesa cerraron el 2020 con un superávit de 58 millones (un 0,17% del PIB), principalmente por los ingresos derivados de las ayudas estatales y europeas para atender la pandemia, que cubrieron los 158 millones de euros que se registran como impacto de la pandemia sobre el gasto sociosanitario, equivalente al 0,46% del PIB autonómico. Así figura en la estadística presentada ayer por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que sitúa a Aragón como una de las nueve autonomías que cerraron el ejercicio con superávit, junto con Canarias, Asturias, Andalucía, Baleares, Cantabria, Castilla-La Mancha, Castilla y León y La Rioja. Por el contrario, entre las autonomías que presentan unos déficit más elevados figuran Comunidad Valenciana (1.206 millones), Cataluña (755), País Vasco (753) y Murcia (328).

Los gobiernos regonales incrementaron el gasto un 9,4% para hacer frente a la crisis, pero debido al aumento de sus ingresos, derivado de las mayores transferencias del Estado, se comportaron como si no la hubiera. De hecho, Aragón tuvo un comportamiento normal y desde el Gobierno autonómico se destaca que se supo «gestionar el presupuesto, que también estuvo en tiempo y forma para poder trabajar desde el primer día», además de la importancia de los 510 millones de la Estrategia Aragonesa para la Recuperación Social y Económica.

«Las comunidades no han escatimado esfuerzos y el superávit expresa que han tenido algunas no es una mayor pereza a la hora del gasto, sino que los ingresos que les ha dado el Gobierno han suficientes», dijo la ministra, que se refirió también al incremento del 1,6% de los ingresos a cuenta.

A nivel nacional, los efectos de la pandemia sobre los ingresos y gastos públicos dispararon el déficit hasta el 10,09% del PIB en el 2020, el mayor desde el 2009, según Hacienda. El dato es aún mayor si se incluyen las ayudas financieras, ya que la Oficina Europea de Estadística, Eurostat, ha exigido incorporar como déficit el patrimonio neto negativo de la Sareb, un total de 9.891 millones que elevan el déficit público al 10,97% del PIB. Así, el conjunto de las administraciones públicas españolas acumuló un déficit de 113.172 millones, un dato equivalente al 10,09% del PIB, casi cuatro veces el del 2019 (2,86%) y el más elevado desde el 2009 (11,06%).

Pese a ello, el cierre del 2020 se sitúa por debajo del 11,3% del PIB previsto por el Gobierno para un año en que las reglas fiscales europeas, que exigen un déficit máximo del 3% del PIB, están suspendidas. Los gastos se situaron en 576.489 millones, un 10,1% más, tras dispararse el gasto en subvenciones (un 71%) y ayudas a la inversión (46,2%). Por su parte, los ingresos públicos se redujeron un 5%, hasta los 463.317 millones.