Los días festivos de Semana Santa todavía no han llegado y los expertos ya aprecian a la vuelta de la esquina la llegada de otra quinta ola de covid a Aragón tras el incremento de la incidencia de los últimos días, especialmente en la provincia de Zaragoza. «Estoy seguro de que la habrá. También estoy convencido de que si no hubiera Semana Santa, seríamos capaces de llegar a 23 de abril en una situación de suelo epidémico y evitaríamos otra onda, pero estos cuatro días son un hándicap», señalaba ayer a este diario Nacho de Blas, epidemiólogo y profesor de la Facultad de Veterinaria de Zaragoza.

El «equilibrio» que atraviesa ahora la comunidad, con una notificación diaria de casos baja (aunque los 82 de ayer duplicaban a los del domingo anterior), se va a romper en los próximos días. «La transición a más se va a notar porque hay más viajes y más movimiento, es inevitable. Si se aplican más medidas de control, la situación se puede amortiguar. Si no se hace, es posible que suban los contagios. Estoy expectante a ver qué pasa», señaló.

En este sentido, el Departamento de Sanidad de la DGA descarta por ahora aplicar nuevas restricciones. Así lo indicaron fuentes de la consejería este lunes a este diario, pero la situación puede cambiar hoy o mañana. Nada está descartado si se tiene en cuenta que la semana pasada la consejera del ramo, Sira Repollés, ya apuntó a posibles medidas en los horarios si la incidencia seguía al alza en la provincia de Zaragoza.

Actualmente la tasa acumulada en Aragón a siete días es de 73 casos por cada 100.000 habitantes, en ascenso desde hace varios. Hay localidades como Tarazona o Calatayud donde la incidencia es muy elevada y asciende a 217 y 204 casos, respectivamente. «Son cifras muy altas que quizás pudieran estar relacionadas con el turismo en estas zonas en las últimas semanas, pero eso no lo puedo asegurar», indicó de Blas.

Al epidemiólogo le llama también la atención la situación de Casetas. Esta zona básica de salud tiene ahora una incidencia de 231 casos por cada 100.000 habitantes. «Hablamos de una zona donde vive mucha gente y hay muchas residencias, pero en estas la vacunación ya casi es del 100%. Por tanto, algo ha pasado ahí que ha llevado a esa cifra tan elevada», argumentó De Blas.

Al investigador también le preocupa la cuestión de los «bajos porcentajes» de pacientes asintomáticos. «No sé si hay un problema en las labores de rastreo, si están teniendo un ritmo más bajo o si se tarda en dar con los contactos estrechos. Mi sensación es que se están notificando pocos casos pese a que la incidencia sigue subiendo», consideró. «Si hay cierta demora en los diagnósticos, es peligroso. Creo que también se hacen muchas pruebas de antígenos y son menos eficaces. Quizás se estén escapando ahí algunos falsos negativos», señaló.

Según De Blas, la llegada del buen tiempo, el incremento de las actividades al aire libre y la prolongación de los días, unido al avance de la vacunación, deberían frenar la transmisión porque «el virus es más de invierno», dijo. Sin embargo, reiteró que los viajes de los próximos días «rompen» ese equilibrio porque está seguro de que «habrá más reuniones sociales» que podrían ser foco de propagación.

La preocupación de una quinta ola en Aragón está en los hospitales, donde los ingresos poco a poco van al alza y el margen de maniobra para el sistema sanitario se acorta. Según los últimos datos, actualmente hay 263 pacientes covid ingresados, de los que 55 están en las unidades de cuidados intensivos (ucis) y 208 en planta. Se trata de once más que el día anterior. «Tenemos que seguir siendo muy cautos y poner la esperanza en la vacunación. El 80% de los fallecidos durante la pandemia eran mayores de 70 años, así que es importante proteger a ese colectivo cuando antes. Los buenos resultados ya los hemos visto en las residencias», dijo De Blas.

De Blas: «La cepa británica todavía tiene que manifestarse»

Mientras en el resto de España los datos del Ministerio de Sanidad dejan claro que la presencia de la cepa británica es una realidad con muchos casos confirmados, en Aragón su incidencia es escasa con una prevalencia del 32%. Contrasta con porcentajes tan elevados como el casi el 90% de Navarra o Cataluña.

Todo apunta, según los expertos, que esta variante llegará tarde o temprano a Aragón de manera más directa. «Todavía no se ha manifestado, es cierto, pero su impacto llegará», dijo convencido De Blas. Su prevalencia sí ha ido creciendo semana tras semana desde que, a finales de enero, se empezará a analizar la posible presencia de esta cepa en la comunidad. «Tenemos que tener cuidado porque su afección puede ser peligrosa y al parecer se extiende muy rápido», señaló.

De hecho, en Navarra se ha indicado estos días que la variante británica está detrás de la rápida expansión otra vez de los casos en esta comunidad, donde la incidencia acumulada se ha disparado en tres semanas. «Aquí todo apunta que en Zaragoza es donde estaría. Al principio el sector de Calatayud apareció con porcentaje elevado, pero en la última semana por ejemplo no ha habido datos que hicieran sospechar. Debió de haber algún problema inicial en aquel análisis. Tampoco en Alcañiz, por ejemplo, se detecta prevalencia», apreció de Blas.

Lo positivo para el epidemiólogo es que la vacunación continúa avanzando. «Cada vez tenemos a más población protegida, pero debemos ser igual de cautos y prudentes con todas las medidas», indicó. Un contagio de covid con la variante británica se detecta a través de una PCR y también la inmunización actual protege ante esta variante, por lo que se halla igualmente con las pruebas actuales.