Hubo discrepancias de entrada en el cuatripartito que gobierna en Aragón desde hace un par de años, pero su presidente, Javier Lambán, aseguró ayer que se aceptaron "de entrada" en algunas cuestiones como el medioambiente porque eran tantas las coincidencias en otros apartados que estaba "sobradamente justificado" el acuerdo. Se han remarcado estos días tras conocer la sentencia de la Audiencia Nacional que ordenaba detener las obras de Mularroya. Podemos y CHA celebraron el fallo, con el que no se han mostrado de acuerdo los otros dos partidos del Gobierno de Aragón. ¿Dos a dos? No para Lambán. "De once miembros del Gobierno, nueve apoyan el pantano y dos están en una posición de no apoyo. La minoría nunca puede bloquear a la mayoría".

El presidente de Aragón, Javier Lambán, ha dejado claro en este sentido cuál es la posición como Gobierno al anunciar que esta misma mañana ha remitido una carta a la ministra de Transición Energética, Teresa Ribera, en la que le expone "razonamientos muy solventes" para que recurra cuanto antes la sentencia de la Audiencia Nacional que anula el proyecto del embalse.

Entre los argumentos que emplea Lambán figuran que se trata de una obra promovida por el Gobierno de España, que tiene invertidos 133 millones de euros, que "tenía mucho sentido ya cuando se planificó y más en la actualidad", como ha declarado antes presidir la Mesa del sector sanitario y asistencial que coordina los proyectos públicos y privados que optan a los fondos UE Next Generation.

"Lejos de pensar que estas obras están pasadas de moda, cada vez estarán más vigentes", ha asegurado Lambán, que considera que son "la mejor receta" para almacenar agua con la que hacer frente a la escasez de precipitaciones que puede implicar el cambio climático. "No se me ocurre mejor política antidespoblación que construir embalses razonables, sostenibles, con los preceptivos estudios de impacto ambiental", como es el caso del pantano del Valdejalón, anulado al considerar que incumple la Directiva Marco Europea.

Para Lambán, éste es un proyecto "difícil de descalificar" por quienes defienden políticas contra la despoblación porque, a su juicio, "no hay mejor política" para frenarla que el fomento de los regadíos, que "no se riegan con regaderitas traídas de casa" sino, mediante obras de regulación.