«Para quitarse el muerto de encima han recurrido a la autocita», lamenta un zaragozano de 73 años, que considera que el sistema escogido por el Gobierno de Aragón para pedir turno en la cola de la vacunación no es el adecuado. «En otras comunidades te llaman y te dan hora. Aquí tienes que pedirla tú y si hay algún error, pues no puedes hacer nada», denuncia.

Su caso tampoco resulta clamoroso, puesto que José Antonio Moriano Pina, que es como se llama, sí que ha recibido ya el primer pinchazo del antídoto contra el covid. «Cuando cogí cita me dieron para las 12.34 horas. He ido media hora antes y cuando ha llegado mi turno no me llamaban. Así que he preguntado y me han dicho que me habían llamado a las 10.20 de la mañana. Al final me han vacunado, pero me parece que está muy desorganizado», opina este hombre.

Su testimonio no es el único en este sentido. Las quejas por cómo se está desarrollando el proceso de vacunación, en el que se tienen que citar los propios ciudadanos, no son pocas.

Ejemplo de ello fue una zaragozana que fue citada en Teruel y a la que le costó varias llamadas (por las que hay que pagar), días de por medio y un correo electrónico que le arreglaran el entuerto. U otra ciudadana, de nombre Victoria Samatán cuyo hijo lleva más de una semana tratando de conseguir cita. En su caso, su problema es que hay un error en su ficha médica y su fecha de nacimiento no está bien puesta. «Nació en 1943 y sale que nació en 1973, y los de ese año todavía no se han incorporado al proceso, por lo que no le dejan pedir cita. Estamos desamparados», lamenta el hijo.

Además, desde el Salud, tras varias llamadas y visitas al ambulatorio, les han dado la razón y han reconocido el error, lo que por el momento no ha bastado para subsanarlo.

Más allá de incidencias puntuales, desde el Gobierno de Aragón, el director general de Salud Pública, Francisco Javier Falo, reconoció ayer en una entrevista en Aragón Radio que en su departamento están al tanto de algunos de estos problemas con la aplicación del Salud Informa, que achacan en parte a la saturación del sistema informático que sostiene el portal de autocitas. Falo ya explicó esta semana en una rueda de prensa que, antes siquiera de que se hubiera anunciado públicamente que las personas nacidas en 1959 ya podían pedir cita, el 7% de estos aragoneses ya habían reservado su hueco en la fila de la inmunización. «Eso quiere decir que la gente quiere vacunarse y está muy pendiente. Cada vez que incorporamos una nueva cohorte de edad el sistema se colapsa porque todo el mundo accede», contó.

Pero no todo son lamentos. Ayer se incorporaron al proceso de vacunación dos nuevos grupos, que son las personas nacidas en los años 1949 y 1950 y que ya pueden pedir cita (al parecer sin tantos problemas como a principios de esta semana).

Según los últimos datos, correspondientes al día 15 de abril, el 30,9% de las personas con una edad comprendida entre los 70 y los 79 años ya tiene puesta al menos una dosis, un porcentaje que ha crecido considerablemente en la última semana, puesto que el lunes apenas era del 7,6%.

A estas personas se les está inoculando con el fármaco de Pfizer mientras que el problema ahora está en el grupo de edad de 60 a 69 años, a los que se les pone AstraZeneca. Esta semana apenas han llegado dosis de este antídoto, lo que ralentizará el ritmo de vacunación durante los próximos nueve días. La DGA prevé repartir la semana que viene 55.000 vacunas anticovid, una cifra más baja de las que se estaban manejando hasta ahora.