El hospital Clínico de Zaragoza ha iniciado una investigación a través de las placentas de mamás que han pasado el covid durante el embarazo con el objetivo de hallar, entre otras cosas, si existe una transmisión vertical del virus al feto. En el proyecto, desarrollado por un grupo profesional del Instituto de Investigación Sanitaria (IIS) de Aragón, trabajan sanitarios del servicio de Ginecología y Obstetricia del Clínico que, desde que comenzó la pandemia, ya han reclutado 150 placentas. «Un 10% de las embarazadas que hemos atendido se han contagiado», cuenta Daniel Orós, ginecólogo en este hospital.

Las muestras recogidas hasta el momento ya están en el laboratorio y «en unas semanas» podría haber ya resultados. «En la placenta es donde sucede todo durante el embarazo y analizar una biopsia nos da muchísima información. Es algo que ya hacemos, por ejemplo, cuando nacen niños prematuros con el fin de saber qué ha pasado», cuenta Orós. En el caso del covid, este equipo ya ha encontrado el virus en varias placentas de madres contagiadas. «Hemos visto cierta transmisión vertical, porque hemos tenido neonatos que, sin estar en contacto con sus padres, han dado una PCR positiva», asegura Orós. «Pese a todo, todavía hay muchas lagunas y cosas por definir. Hemos dado un paso, pero hay que delimitar todavía más cosas derivadas del covid en la gestación», dijo.

El consentimiento por parte de las madres ha sido «prácticamente del 100%» a la hora de ceder esta membrana. «Al principio de la crisis sanitaria no conseguimos apenas placentas porque casi no hubo contagios entre las embarazadas, que no salían mucho a la calle y además estaba el confinamiento. A partir del junio, al retomar ya la vida más social, hubo más infectadas», cuenta Orós.

Casos de preeclampsia

La placenta se tira una vez que es expulsada, pero en materia de investigación es algo muy valioso, por ejemplo, para averiguar si hay relación entre el covid y los casos de preeclampsia (hipertensión arterial) que han visto estos meses en muchas embarazadas.

«Es algo habitual en un 3% de las embarazadas, pero en quienes se han contagiado ha subido al 15%. Es algo llamativo que, mediante la placenta, podemos investigar. Esto nos puede ayudar a desarrollar tratamientos más específicos durante la gestación», explicó Orós. «Hemos ido aprendiendo conforme ha evolucionado la crisis sanitaria. Por ejemplo, una de las recomendaciones era administrar heparina a embarazadas con covid para evitar trombos», apuntó.

Su forma de actuar es muy rápida, dado que cuanto antes obtengan las muestras mejor. En el momento del alumbramiento también toman una parte del cordón umbilical. «En el intervalo de tiempo hasta que la placenta se desprende, llenamos dos tubos de sangre del cordón que también contiene mucha información», explicó el doctor.

El covid les ha supuesto una línea más de trabajo que, al mismo tiempo, han seguido compaginando con su labor diaria. «Nuestro seguro, por así decirlo, es que desde hace unos años contamos con personas contratadas y con la colaboración de todo el servicio. Aún así, ha sido complicado y hemos pasado un momento duro, porque en marzo hubo poca opción de investigar. Esto es un añadido más a nuestro trabajo que asumimos como un reto», puntualizó Orós.