Muchos sectores estratégicos afrontan problemas de abastecimiento de semiconductores desde hace varios meses, pero el del automóvil sufre el bache más profundo. Estos microchips son materiales, como el silicio, y los compuestos electrónicos fabricados a partir de estos, como por ejemplo, aquellos que permiten a los dispositivos obtener, procesar o almacenar datos. Son un producto indispensable para sectores estratégicos y están integrados en dispositivos electrónicos o conectados a teléfonos inteligentes, ordenadores, videoconsolas, automóviles, aviones y redes informáticas, entre otros. Y, por cierto, son minúsculos. «Los componentes más avanzados miden entre 5 y 7 nanómetros», precisa a la AFP Jean-Christophe Eloy, director general de Yole Développement, empresa especializada en semiconductores.

«Como se trata de un sector que pide muchas inversiones, las empresas escogieron en ocasiones especializarse» en la investigación o en la producción a «escala nacional», explica a la AFP Mathilde Aubry, profesora de Economía de la escuela de comercio EM Normandie en Francia.

Los principales fabricantes se encuentran en Taiwán (TSMC) y en Corea del Norte (Samsung y SK Hynix). Estados Unidos cuenta con otro importante actor del sector, Intel. En cambio, Europa apostó por la investigación y dispone de pocas capacidades de producción.

«Los sectores que más semiconductores consumen fueron los primeros afectados», asegura Aubry en referencia a los equipos de comunicaciones (internet, ordenadores, celulares). La falta de algunos chips también se cita como motivo de las dificultades para obtener la nueva PlayStation 5 de Sony y la última Xbox de Microsoft.

 A nivel mundial, la escasez de semiconductores debería «reducir el volumen de producción alrededor de un 2% este año» en el sector automovilístico mundial, estima en una nota Matthias Heck, analista de Moody's. Algunos fabricantes de electrodomésticos también están empezando a sentir dificultades de suministro.

Mejorar la situación

Se necesitan entre dos y cuatro años para crear una planta de semiconductores y las nuevas capacidades de producción estarán en el mercado entre el 2023 y el 2024. Para garantizar su soberanía tecnológica frente a China y Estados Unidos, la Unión Europea (UE) espera por su parte producir el 20% de los semiconductores en el mundo para 2030, el doble que actualmente. Pero faltan más de ocho años. 

La Casa Blanca también quiere estudiar cómo reforzar la fabricación de semiconductores en Estados Unidos durante una cumbre virtual con dirigentes de las empresas afectadas por la escasez. Asia ha puesto en jaque a Europa y a medio mundo por la crisis de los microchips.