Sin comparecencia de la consejera de Sanidad, Sira Repollés, y sin mucha más explicación que la mala situación epidemiológica a la que se enfrentan, la DGA comunicó este martes que confina, hasta el próximo 9 de mayo (día en el que finaliza el estado de alarma), el municipio de Calatayud y las comarcas de del Campo de Cariñena, Ribera Alta del Ebro y Valdejalón. A estos cierres, que se han hecho efectivos esta pasada madrugada, se suman los que ya estaban en vigor (Tarazona, Jaca y las Cinco Villas), si bien el Ejecutivo autonómico ha vuelto a abrir Fraga.

Estas nuevas medidas suponen que en Aragón van a permanecer confinadas unas 140.000 personas, pero el cierre se aplica solo hasta el próximo 9 de mayo. Hasta ahora, todos los decretos y órdenes sanitarias que restringían derechos se amparaban en el estado de alarma pero, a partir del lunes, será la ley autonómica aprobada en diciembre del año pasado la que sustente estas limitaciones.

Según la ley, cuando se decrete un confinamiento las Cortes tendrán que ratificar esta decisión, aunque el Gobierno de España introdujo ayer un nuevo factor en la ecuación al involucrar al Tribunal Supremo en la validación de estas restricciones que afectan a derechos fundamentales, como es la movilidad.

El presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, explicó ayer que será hoy cuando su Ejecutivo, después del Consejo de Gobierno, fije una posición con respecto a qué hará más allá del 9 de mayo ya que, por el momento, todas las limitaciones impuestas caducan este domingo. No obstante, Lambán se pronunció ayer a favor de poder aplicar el toque de queda cuando decaiga el estado de alarma.

«A lo mejor sí que sería una medida (el toque de queda) que nos podría venir bien más allá del 9 de mayo», dijo el presidente, en la línea con lo que demandan «otras comunidades autónomas», que están planteando como un «problema» que no se pueda seguir aplicando la limitación horaria. Hasta el momento, la DGA no se había pronunciado tan rotundamente sobre este aspecto.

Sobre el confinamiento perimetral de la comunidad autónoma, Lambán insistió en que no es él ni su Gobierno el que lo va a eliminar, sino que ha sido una decisión de Moncloa, ya que estos cierres van ligados al decreto del estado de alarma. «Nuestra ley no lo permite pero en este momento no tenemos claro que lo vayamos a necesitar», añadió.

Basándose en la ley autonómica, la DGA sí que podría ordenar el confinamiento perimetral de las tres provincias, lo que supondría, de facto, que la comunidad estuviera cerrada. No obstante y según lo que dejó entrever Lambán, esto no será así, lo que significa que a partir del lunes los ciudadanos aragoneses podrán salir de los limites del territorio seis meses después.

Sobre la norma propia con la que cuenta la comunidad para decretar cierres y restricciones, «única en España», según Lambán, el presidente aseguró que servirá para dotar a su Gobierno de seguridad jurídica a la hora de tomar decisiones. «Aragón está mejor que cualquier otra comunidad autónoma para tomar medidas una vez que el estado de alarma se levante definitivamente, si es que se levanta definitivamente», declaró el jefe del Ejecutivo aragonés.

Sin embargo, sus declaraciones se produjeron antes del anuncio del Consejo de Ministros: a partir del lunes, las comunidades podrán recurrir al Tribunal Supremo en casación si las restricciones que impulsen son tumbadas por sus respectivos Tribunales Superiores de Justicia, como ya ocurrió en Aragón antes de la aprobación de la ley covid autonómica con el cierre de La Almunia, que la Justicia rechazó.

Aforos del 75% en las terrazas

En los nuevos territorios confinados ahora en Aragón también van a regir restricciones horarias para los comercios no esenciales y la hostelería, que tendrán que cerrar a las 20.00 horas. En las terrazas podrá haber un aforo del 75% y en interior seguirá siendo del 30%. Además, las agrupaciones de personas, si no son convivientes, no podrán ser de más de cuatro tanto en el ámbito público como en el privado.

Con respecto a la situación epidemiológica, la comunidad destaca ahora por ser una de las que peor evolución está siguiendo en los últimos días. Aragón es la segunda con una peor incidencia acumulada en los últimos siete días: 157 contagios por cada 100.000 habitantes, solo por detrás del País Vasco (224). La tendencia, eso sí, es descendente por primera vez en varias jornadas.

Asimismo, Salud Pública notificó este martes 195 positivos nuevos, que son 102 menos que hace justo una semana. Sobre los datos, Lambán afirmó que es «razonablemente optimista» con respecto a esta quinta ola aragonesa y espera que «remita» y «no cause los estragos que han causado las anteriores». «Desde luego no descarto que tengamos que seguir tomando medidas», añadió, aunque todo dependerá de la evolución de la curva de contagios y de cómo quede la situación jurídica.

La seguridad jurídica será cosa del pasado

La incertidumbre que sienten otras comunidades autónomas sobre qué restricciones podrán decretar a partir del 9 de mayo parece que no ha llegado hasta Aragón, donde el presidente Javier Lambán se siente muy seguro de las herramientas de las que le dota la ley aprobada el pasado año. Aún así, los expertos consultados por este diario no las tienen todas consigo y prevén desconcierto cuando decaiga el estado de alarma.

«La ley autonómica es una novedad y no tiene parangón», aseguran fuentes jurídicas sobre la posibilidad del Gobierno de Aragón de limitar derechos fundamentales como la movilidad.

Sobre la constitucionalidad de la norma, estas mismas fuentes recuerdan que el Consejo de Estado ya se ha pronunciado sobre la ley orgánica de Sanidad de los años 80, sobre la que se sustenta la normativa autonómica. «Debería ser más concisa», explican. Asimismo, recuerdan que la competencia otorgada a los tribunales superiores de justicia para decidir sobre los cierres está recurrida ante el Constitucional.

Sobre la posibilidad de recurrir al Supremo, estas fuentes alertan de que es factible de que el Alto Tribunal se posicione, en algunos casos, a favor de las restricciones y otras en contra, dependiendo de las circunstancias.