El toque de queda desaparecerá en Aragón la noche del sábado al domingo a las 00.00 horas, una hora después de que todos los ciudadanos hayan tenido que recogerse en sus casas a las 23.00 horas por esta misma normativa. La desaparición del estado de alarma eliminará la restricción de movilidad nocturna, así como el confinamiento perimetral de la comunidad autónoma, por lo que a partir del domingo los aragoneses podrán viajar a otros territorios de España siempre que estos no estén cerrados. El resto de limitaciones (aforos en la hostelería, en reuniones sociales y los horarios de los comercios y bares) van a permanecer tal y como estaban hasta ahora con arreglo a la Ley 3/2020 que aprobaron las Cortes el año pasado, base legal que servirá de herramienta para la DGA a partir de ahora.

Este es el panorama que dibuja en Aragón la nueva situación que provoca el empeño del Gobierno central de no prorrogar más, tras seis meses, el estado de alarma. No obstante, tanto la consejera de Presidencia del Gobierno de Aragón, Mayte Pérez, y la consejera de Sanidad, Sira Repollés, no han descartado este miércoles la posibilidad de tratar de implementar de nuevo el toque de queda «si es necesario». Esta circunstancia no la recoge la normativa autonómica, por lo que tendría que hacerse con el aval de los tribunales de justicia.

En la rueda de prensa que dieron Pérez y Repollés ha estado también presente Julio Tejedor, secretario general de la Presidencia del Gobierno aragonés, para detallar los pormenores del entresijo jurídico que supone la desaparición del estado de alarma y, por tanto, del toque de queda. «En principio nuestro norma no lo incluía, pero no creemos que sea del todo inviable», ha afirmado Tejedor.

Valencia ya lo intentó  

El secretario recordó que la Comunidad Valenciana, antes de que el Gobierno central decretara el estado de alarma en octubre, ya trató de establecer el toque de queda y consiguió el aval del Tribunal Superior de Justicia de esta comunidad. «Es una limitación de especial intensidad», ha dicho Tejedor, pero Repollés ha reconocido que permitir la movilidad por la noche «plantea un defecto que puede tener consecuencias epidemiológicas». El riesgo está en que cuando cierren los bares a las 20.00 o a las 22.00 horas (dependiendo de la zona en Aragón) proliferen (más aún) las fiestas y reuniones en los hogares. «Evidentemente esto suscita problemas», ha asumido la titular de Sanidad.

«Existe la posibilidad y en función de la evolución de la pandemia lo valoraremos», ha insistido Mayte Pérez sobre una posible imposición de un nuevo toque de queda, mientras que Tejedor ha manifestado que quedan a la «expectativa de lo que haga el resto del país» y de las decisiones de los jueces, ya que ahora las comunidades podrán recurrir al Supremo para este tipo e cuestiones. Si el Alto Tribunal se pronuncia a favor tras la petición de alguna autonomía, la medida podría extenderse.

No obstante, sobre la decisión de Moncloa de incluir al Supremo en el proceso, Tejedor ha declarado que supone «no conocer cómo funciona el sistema judicial español» porque en cinco días, que es lo que ha establecido el Gobierno central para que el Alto Tribunal resuelva estas cuestiones una vez se le planteen, no dará tiempo a que haya una resolución. «Dudo que con ese criterio se consiga la inmediatez que se necesita en estos casos», ha manifestado Tejedor.

Con lo que respecta a los confinamientos que están ahora en vigor (Tarazona, Jaca, Calatayud, Cinco Villas, Ribera Alta del Ebro, Valdejalón y Campo de Cariñena), el Gobierno de Aragón va a mantenerlos más allá de este fin de semana, aunque en un principio estuvieran previstos hasta el 9 de mayo. Para ello publicará un decreto el sábado a las 00.00 horas que se sustentará en la Ley sanitaria autonómica y no en estado de alarma, lo que significa que las Cortes tendrán que ratificar esta decisión en un plazo máximo de 30 días.

El fin del estado de alarma en Aragón

Este procedimiento, a partir de ahora, tendrá que ser el habitual. Cuando Sanidad quiera confinar una unidad territorial la DGA deberá publicar un decreto que entrará en vigor en el momento en el que se haga público en el Boletín Oficial de Aragón. Después, y antes de que pase un mes tras la publicación, los grupos parlamentarios en las Cortes deberán ratificarlos, es decir, aprobarlos. No ocurre lo mismo con otras modulaciones, como el horario y los aforos de la hostelería, que se podrán cambiar con órdenes sanitarias que no necesitarán ser validadas.

Así pues, más allá del debate jurídico que suscita y de los cambios en cuestiones burocráticas, todo va a seguir igual en la comunidad menos el confinamiento autonómico y el toque de queda (de momento). Es más, antes del sábado podrían decidirse nuevos cierres comarcales ya que en estos momentos, según ha afirmado Repollés, preocupa la evolución de la curva de contagios en las comarcas del oeste de la comunidad.

«Todo va a seguir igual», ha insistido Repollés a este respecto, ya que aunque el estado de alarma vaya a acabar, «la pandemia no», por lo que en el conjunto de la comunidad las reuniones podrán ser de un máximo de seis personas. Por último, tanto la titular de Sanidad como Mayte Pérez y Julio Tejedor se han mostrado muy seguros de poder decretar confinamientos perimetrales con la ley autonómica por que se limitan derechos fundamentales, como la movilidad o la reunión, para salvaguardar otros, como el derecho a la vida, a la salud y a la integridad física.

Los eventos multitudinarios podrán reunir a más gente

Apenas nada va a cambiar en la comunidad tras la desaparición del estado de alarma según insistieron ayer los miembros del Gobierno de Aragón. Solo desaparecerá, si es que es poco, el toque de queda y el confinamiento perimetral de la comunidad. Mientras, los bares seguirán cerrando a las 22.00 horas (o a las 20.00 si se trata de una zona cerrada con nivel de alerta 3 agravado) y en los hogares no se podrán juntar más de seis personas (cuatro en las comarcas y municipios afectados por las restricciones más estrictas) a no ser que se trate de convivientes. No obstante, para esta nueva fase de la pandemia en la que entra Aragón ahora, la DGA sí que ha introducido algunos cambios importantes, sobre todo si se tiene en cuenta que mayo es época de bodas, bautizos y comuniones.

Así, en las celebraciones que tengan lugar en bares y restaurantes, se mantienen las restricciones de aforo en el 30%, si bien se amplía el número de asistentes máximo permitido. En vez de diez personas en el interior, podrán ser 30, y en los exteriores podrá haber hasta 50 personas en vez de 15.

En los espacios dedicados a las ferias, se va amplía el número de atracciones que se podrán instalar hasta las doce (hasta ahora se podían poner cuatro). Y en las visitas turísticas podrá haber hasta 15 personas al mismo tiempo, y no diez. En las bibliotecas se amplía el aforo hasta el 50%.

Asimismo, se modifica el marco de los eventos multitudinarios, «quedando restringidos al aforo permitido independientemente de su naturaleza», dice la DGA: los que superen las 500 personas en interiores o las 1.000 en exteriores, requerirán autorización previa por parte de Sanidad. Y en los eventos deportivos que no sean competencia del Consejo Superior de Deportes, podrá haber público con limitación de aforo hasta un máximo de 300 en espacios interiores y 500 en exteriores.