Un centenar de catedráticos, profesores de universidad, académicos y otros profesionales, entre ellos exdiputados del PSOE, PP, Ciudadanos y UPyD, ha lanzado un manifiesto pidiendo moderación a la clase política para que busque acuerdos esenciales y huya de los populismos.

Entre los firmantes se hallan varios aragoneses: Javier Díez Zaera, inspector de Hacienda; el economista Santiago Coello; Félix Gracia, administrado civil del Estado; el abogado Manuel Giménez Larraz; el notario Gustavo Martínez de Diego; y el periodista José Javier Rueda. Además, destacan exdiputados del PSOE como Gregorio Cámara, Eva Sáenz Royo o Elviro Aranda; el exfundador de Cs Francesc de Carreras y el eurodiputado de UPyD Francisco Sosa Wagner; el ex secretario de Estado del PP José María Lasalle, o el exmagistrado del TC Manuel Aragón.

En la declaración se manifiestan «radicalmente moderados» y lamentan que en los últimos años la política se haya «degradado» y que «alcanzar y/o conservar el poder» es el único objetivo de los representantes políticos, que olvidan su deber de «la defensa eficaz de los intereses generales». A su juicio, la situación se ha agravado con la pandemia y los ciudadanos, «por regla general más templados que sus representantes políticos, son situados en un escenario de división y enfrentamiento que dificulta extraordinariamente acometer la realización de reformas inaplazables».

El manifiesto constata que el PSOE y el PP «se muestran incapaces de alcanzar acuerdos esenciales», lo que «erosiona las estructuras del conjunto del Estado y de sus servicios públicos». «El sistema democrático sufre un desgaste cuyas consecuencias son difíciles de exagerar», avisan.

También alertan del «auge y crecimiento de los movimientos populistas», lo que provoca «la radicalización de los mensajes» y la orfandad política de «un amplio porcentaje de la población». Frente a ello apuestan por una «política con mayúsculas» que sustituya «los banales y muchas veces irresponsables fuegos de artificio elaborados en trastiendas opacas». Y, al mismo tiempo, reivindican «la inexcusable vigencia del Estado de derecho».

«Los partidos políticos, y muy especialmente aquellos que se encuentran comprometidos con la validez y vigencia del modelo de Estado (...) deben tomar conciencia de que no se trata de una opción: la moderación y la consecución de los correspondientes acuerdos que el país necesita son una exigencia», sostienen.