Uno de cada dos hoteles que se encuentran cerrados en Zaragoza todavía desconocen cuándo abrirán. La cifra da idea de hasta qué punto sigue instalada la incertidumbre en un sector que ve cómo la vuelta a la normalidad regresa pero muy poco a poco. Los hoteleros se han acostumbrado a vivir sin un horizonte claro, tal y como reconoce su presidente, Antonio Presencio, que cree que el mes de mayo va a ser «determinante», tanto por la evolución de la campaña de vacunación como por cuáles serán las restricciones que se fijan tanto en Aragón como en el resto de España.

«Lo que pedimos es que se acelere la vacunación y se consoliden las medidas de apertura de la movilidad, y que no se dé marcha atrás en las restricciones como ya ocurrió en julio, afirma el presidente de la asociación de hoteles de Zaragoza.

En estos momentos, continúa cerrada el 30% de la capacidad hotelera de la capital aragonesa, aunque la situación ha mejorado ligeramente, ya que hasta hace poco la cifra era del 40%, apunta Presencio, que echa la vista atrás y recuerda las dificultades que ha atravesado el sector. «La ocupación media en los cuatro primeros meses del año ha sido del 21%, un nivel muy bajo teniendo en cuenta además que solo está disponible el 70% de la oferta», señala. No obstante, la cifra podría crecer hasta el 25% durante este mes de mayo.

Precios en mínimos

La caída de la demanda se ha trasladado a los precios, de forma que no solo continúan muchos establecimientos cerrados sino que los que han decidido abrir han visto muy mermados sus ingresos. Así, el precio medio de una habitación en Zaragoza ronda ahora los 45 euros, cuando antes de la pandemia se situaba entre los 55 y 60 euros. «Hay que remontarse a la crisis del 2008 para encontrar un valor tan bajo. Entonces llegó a estar en 43 euros», recuerda Presencio.

Pero las perspectivas no son excesivamente halagüeñas, ya que, según la encuesta realizada por la asociación de hoteles de Zaragoza, solo el 40% de los empresas del sector confía en salir adelante, por lo que se prevé un «un año muy complicado» porque el 38% del total «trabaja al día». Además, «no hay una previsión a la hora hacer reservas por la falta de eventos y las que se llevan a cabo se hacen con una anticipación de apenas cinco o siete días antes, cuando antes lo normal eran entre 12 y 20 días», señala.

Reservas muy localizadas

Asimismo, la demanda está tan concentrada que prácticamente se limita a las empresas que llevan a cabo trabajos esenciales. Las reservas, evidentemente, no proceden del sector turístico ni de la celebración de eventos en estos momentos, expone Presencio. No obstante, el sector confía en que a partir de ahora se lleven a cabo más viajes y más escapadas, al ser posible ya la movilidad entre comunidades autónomas por el fin del estado de alarma.

Respecto a la campaña de verano, el presidente de los hoteles de Zaragoza prefiere no aventurar cuál será el escenario. No se atreve tampoco a avanzar cuándo podría llegar la apertura de todos los hoteles. «Todo depende, dice, de lo que ocurra en mayo, de si se consolida la relajación de restricciones y se reactiva la movilidad nacional».

En caída libre

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Hasta el fin del estado de alarma la ocupación de los hoteles en Aragón había caído un 72,4% en los primeros cuatro meses del año, según el boletín de coyuntura turística de la DGA, lo que supone 144.483 viajeros menos. El número de pernoctaciones descendió algo más, el 73,7%, mientras que la estancia media fue de menos de dos días.

Además, el número de trabajadores en el sector descendió en ese periodo un 32,5% hasta alcanzar los 1.662 empleados.