Las comarcas hortofrutícolas de Aragón empezaron ayer la vacunación de los trabajadores agrícolas, con la vista puesta en inmunizar a 2.500 personas de este colectivo cada semana, hasta alcanzar un total de 15.000, es decir, el total de temporeros que se encuentran en la comunidad en la época de mayor actividad, en torno a mediados de junio y comienzos del verano.

«Desde el primer momento hemos considerado necesario vacunar a este colectivo para que la recogida de la fruta pueda darse en condiciones de seguridad y no se repita la ola que tuvimos el verano pasado», dijo Repollés en una visita a Caspe, donde ayer se administraron ya 84 dosis de las 700 que han llegado para la comarca del Bajo Aragón-Caspe. En todos los casos se emplea la vacuna Janssen, que se inocula en una sola dosis

 También los irregulares

«No solo vamos a inmunizar a los temporeros con contrato, sino también a los que no tienen y vienen a buscar trabajo», informó. «Las entidades sociales nos ayudarán a localizar a estas personas que no figuran en los listados y con las que la vacunación no es fácil», añadió

En el colectivo de temporeros hay algunos que no quieren vacunarse, pero son una minoría «poco representativa», según señalaron ayer agricultores y empleadores. «Lo rechazan por miedo, pero en ningún caso me consta que sea por motivos religiosos», apuntó Oscar Moret, portavoz en el sector de la fruta del sindicato UAGA. «Los empresarios están haciendo un esfuerzo para convencerles de la importancia de la vacuna para la seguridad del grupo de trabajo y de todas las personas que están en las fincas», explicó.

Cierta oposición

También hay otros que están deseando recibir la dosis. «He hablado con algunos africanos y tienen ganas de ser vacunados porque creen que eso también les garantiza el trabajo, les da seguridad. Hay quien incluso me ha preguntado por los certificados de vacunación, si se darán y con ellos se podrán mover a otras zonas para trabajar», afirmó Moret, quien añadió que, según ha comentado con algún otro colega, los más «reacios» parecen ser los temporeros de nacionalidad rumana. Así lo reconocieron ayer algunos de ellos en La Almunia de Doña Godina, donde ya se encuentran para la campaña de la cereza. Creen que la vacuna les puede provocar efectos adversos o alguna otra enfermedad, y por eso la rechazan.

Colas para vacunarse ayer en Caspe. EFE

«Por motivos religiosos nadie la rechaza», comentó un sanitario marroquí que formaba parte del dispositivo montado en el pabellón polideportivo de la ciudad de Valdejalón, donde ayer empezó la vacunación de cinco localidades de la comarca. En La Almunia estaba previsto ayer a unos 500 trabajadores agrícolas, pero solo fueron inmunizados 170 por problemas de orden burocrático que se resolverán en breve, una vez se completen las listas que facilitan los empresarios agrícolas a los responsables sanitarios.

En la zona de salud de La Almunia habrá hasta 3.000 temporeros, teniendo en cuenta las épocas de mayor y menor afluencia, que dependen de las cosechas de fruta, señaló la alcaldesa, Marta Gracia Blanco, que estuvo presente en la inmunización, dado que el consistorio ha cedido para ello un espacio municipal.

La importancia del AR de la Seguridad Social

Sin embargo, pequeños problemas de organización están ralentizando el ritmo de vacunación. Pero es solo cuestión de un poco más de rodaje para que se adquiera mayor velocidad. Es necesario coordinar varias instancias y conseguir los AR o números de la Seguridad Social de todos los ciudadanos del grupo que se va a inmunizar, lo que requiere colaboración entre empresarios agrícolas y Sanidad, señaló el coordinador de enfermería del centro de salud de La Almunia, Félix Alonso.

 Unos 40 sin hogar reciben Janssen en el albergue de Zaragoza

Unas 40 personas sin hogar recibieron ayer la vacuna monodosis de Janssen en el albergue municipal, dentro de la campaña de vacunación de las personas vulnerables. El concejal de Acción Social del Ayuntamiento de Zaragoza, Ángel Lorén, solicitó que la inmunización se alargue en el tiempo porque «seguramente en uno o dos días haya personas nuevas» en el albergue.