Si una ciudad tiene posibilidades de testar el reparto de paquetería con drones es Zaragoza. La capital se ha convertido en un laboratorio de aeronaves y, además, la DGT quiere poner en marcha acciones sobre Distribución Urbana de Mercancías (DUM). Dos motivos por los que la nueva ordenanza de Movilidad en la que está trabajando el consistorio ya incluye regulación al respecto.

Entre las novedades del texto aparece el reparto de mensajería a través de las aeronaves, e incluso abre la puerta a que sea de forma fluvial, aunque desde Movilidad matizan que es una «idea» muy incipiente. En el caso de los drones, la normativa que regula los vuelos no es municipal, aunque el ayuntamiento ya incluye esta opción en la ordenanza, con vistas a que alguna de las empresas que pruebe su producto y proyecto en la ciudad se anime con el reparto por aire. Para ello se habilitarían puntos logísticos concretos en los que aterrizarían.

Para que el reparto de última milla funcione es esencial que se agilicen los ritmos de la entrega de paquetes, optimizando el servicio, reduciendo el tráfico, el uso del espacio público y la contaminación y, sobre todo, que se creen centros de distribución cercanos. El polígono Cogullada se presenta como la mejor opción al estar integrado en la ciudad, un aspecto importante que le convierte en un hub urbano de alta capacidad.

Para agilizar los ritmos, las zonas d­e carga y descarga dejarán de poder utilizarse libremente, sin tiempo de permanencia. La ordenanza contempla limitaciones en los tiempos de reparto que se reservarán a través de una aplicación móvil, aunque también se valora el uso de los discos horarios. Esta herramienta, además de ofrecer información en tiempo real de ocupación de las zonas de carga y descarga y de reservas, servirá para crear un censo de repartidores y, lo que es más importante, del tipo de vehículos que utilizan porque la nueva ordenanza incluye restricciones al centro de la capital, y los vehículos más contaminantes no podrán circular por determinadas zonas. Además, el texto restringe también el acceso de vehículos pesados en algunos puntos. Con esta exigencia el ayuntamiento quiere fomentar la adquisición de coches de bajas emisiones y crear, poco a poco, «una flota segura y sostenible» de reparto.

La aplicación móvil podría hacer uso de las zonas azul y naranja y es posible que se incluya en la futura contrata de la gestión del estacionamiento regulado el control los tiempos de la carga y descarga. En caso de incumplirlo, se sancionará al repartidor.

El texto incluirá la posibilidad de utilizar locales privados como consignas, donde las empresas de reparto depositarán el paquete y el usuario podrá ir a recogerlo, sin hora. Serán puntos de recogida que podrían servir para reabrir muchos de los establecimientos que llevan años sin uso. Para facilitar el acceso de los clientes, se crearían zonas reservadas, donde podrán aparcar durante un tiempo limitado para recoger el bulto. No se descarta la opción de utilizar locales de mayor tamaño como dark store, pequeños almacenes de marcas muy concretas