El Consejo de Administración de Adif ha autorizado iniciar el proceso de contratación del proyecto constructivo del telemando de energía para el tramo Zaragoza-Teruel, con un presupuesto de licitación de 6.340.637 euros y un plazo de ejecución estimado de 12 meses.

Este proyecto comprende las obras e instalaciones necesarias, así como las pruebas y puesta en servicio del futuro tramo electrificado a 25 kV, informa Adif en una nota de prensa.

Las actuaciones previstas permitirán el control y gestión en tiempo real de los centros de autotransformación de las áreas de Cariñena y Villafranca y otros elementos del sistema de electrificación, como los seccionadores de la línea aérea de contacto, el suministro de energía a edificios técnicos y otros sistemas que requieran suministro eléctrico.

Las funciones básicas del telemando de energía son el telecontrol y supervisión de eventos y alarmas, de la red de catenaria y del sistema de distribución de energía en media y baja tensión.

Los principales beneficios derivados de este proyecto son medioambientales, al permitir circulaciones con tracción eléctrica frente a la actual tracción diésel, además de beneficios por la deslocalización del impacto acústico y de emisiones.

En concreto, la tracción eléctrica requiere un 25 % menos energía primaria; necesita menos energía procedente de fuentes fósiles, en torno a un 45 % menos y produce menos emisiones de gases de efecto invernadero, alrededor de un 59 % menos, con lo que la actuación contribuye a la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) relacionado con el desarrollo de infraestructuras fiables, sostenibles, resilientes y de calidad, explica Adif.

Con una inversión global de 441 millones de euros, el Plan Director tiene por objeto asegurar la competitividad de esta línea como eje estratégico del Corredor Cantábrico-Mediterráneo y mejorar de forma significativa el estado de la infraestructura actual para seguir potenciando el tramo Zaragoza- Teruel-Sagunto.

Especialmente para el tráfico de mercancías para favorecer la circulación de trenes de 750 metros y facilitar así las conexiones ferroportuarias y con centros logísticos de este eje ferroviario estratégico que representa el 21 % del PIB del Estado.

Una vez completado todo el Plan, la línea dispondrá de una mayor capacidad de tráficos, se reducirán los tiempos de viaje tanto para los viajeros como para las mercancías, mejorará la competitividad de los servicios de carga, incrementará la velocidad máxima de circulación, aumentará la eficiencia en el transporte, podrá incorporar trenes eléctricos reduciendo así las emisiones, ofrecerá mejores parámetros de fiabilidad y confort, reducirá la probabilidad de incidencias y se convertirá en plenamente interoperable con los corredores Atlántico y Mediterráneo.