La Diputación de Zaragoza modificará el trazado de la carretera provincial que conecta Bujaraloz y Alborge, la CV-411, para salvar un tramo de curvas cerradas. El nuevo tramo tendrá una longitud de 800 metros, una anchura de siete con dos carriles de circulación, y un trazado más suave proyectando curvas más amplias y seguras con mayor visibilidad. Está previsto que las obras se lleven a cabo este mismo año, tendrán un plazo de ejecución de tres meses y supondrán una inversión de 169.500 euros.

«Este proyecto fue aprobado en el último pleno de la Diputación de Zaragoza», destacó el diputado delegado de Recursos Agrarios, Vías e Infraestructuras de la DPZ, Francisco Compés. «Los trabajos se centrarán en construir un nuevo tramo paralelo a la vía ya existente con un trazado mucho más suave que garantice la seguridad de todos. La actual carretera presenta un fuerte descenso con curvas peligrosas que impiden una correcta visibilidad, y donde la calzada es estrecha, de cuatro metros de anchura», añadió.

La conexión principal entre Bujaraloz a Alborge es la carretera autonómica A-2105, sin embargo, la vía provincial CV-411 actúa como carretera secundaria entre ambas localidades. Esta vía parte en dirección noroeste desde el punto kilométrico 16,970 de la A-2105, y tiene una longitud total de 11,5 kilómetros.

Mejorar la visibilidad

Soporta una escasa intensidad diaria de tráfico, pero presenta un tramo de curvas peligrosas que es necesario acondicionar para garantizar la seguridad de los conductores que puedan circular por esta zona.

La CV-411 atraviesa en sus primeros cuatro kilómetros una llanura donde abundan las lagunas que constituyen las Saladas de Sástago y Bujaraloz. A partir del punto kilométrico 9,770 cuando se inicia el fuerte descenso hacia el río Ebro. Esta rampa, de unos 800 metros de longitud, es un tramo de calzada estrecha con curvas muy cerradas que impiden la correcta visibilidad. Aquí donde se van a acometer las obras de una nueva carretera paralela a la ya existente para evitar el tramo.H