La Federación de Empleados de Servicios Públicos (FeSP) de UGT Aragón denunció ayer el cierre de la residencia de mayores La Inmaculada de Zaragoza junto con el despido de la plantilla. A su juicio, ni las administraciones públicas ni la Fundación CAI han tomado interés «suficiente» por el mantenimiento de los puestos de trabajo.

La plantilla, compuesta por 22 trabajadoras, llevaba tres meses sin cobrar los salarios, según aseguró en un comunicado el sindicato, que ha pedido que vuelva a repetirse esta situación en el sector geriátrico de la comunidad autónoma.

Según UGT, La residencia, gestionada por la Asociación Voluntariado en Geriatría y cuyo edificio pertenece a la Fundación CAI, «no ha podido soportar las deudas y la falta de ayuda económica y de apoyo» para poder acometer las reformas que el inmueble requería para continuar con la atención a los mayores.

La citada sociedad gestora del centro, la Asociación Voluntariado en Geriatría, fue declarada recientemente en concurso de acreedores por el juzgado Mercantil número uno de Zaragoza, según figura en el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicado el pasado 13 de mayo. La central sindical lamentó «que se podría haber hecho más» para mantener abierto un centro «que fue un referente» en la atención a los mayores en Aragón.

La residencia La Inmaculada, situada en el número 2 de la calle Colón --junto al canal-- llevaba abierta desde hace 40 años y ha sido pionera. Fue el primer centro en tener una atención especializada de enfermería, con personal altamente cualificado y tratando casos complejos de enfermedades degenerativas en personas mayores, en una época en la que no existían centros de este tipo ni los avances médicos actuales.