La temporada de montaña ha empezado con relativa fuerza desde que se levantó el confinamiento entre autonomías hace tres semanas. Pero el reverso de esta nueva situación, muy deseada por los amantes de los deportes en la naturaleza y de aventura, ha sido el incremento de los accidentes, tanto de escaladores y senderistas como de barranquistas y otras modalidades. De hecho, en este mismo periodo de tiempo ya se han realizado una veintena de intervenciones por parte de los grupos de rescate en montaña de la Guardia Civil, en su mayoría en la provincia de Huesca, si bien hubo también una en los Puertos de Beceite.

En la temporada que ahora empieza, un factor que los aficionados a los deportes de naturaleza deben tener en cuenta es «la presencia de nieve tardía en la parte alta de los picos pirenaicos y en especial en la cara norte», advierte el subteniente Fernando Navarro, responsable del dispositivo de rescates de la Benemérita en Jaca.

Rescates

De hecho, dos de las intervenciones realizadas últimamente, el de la grave caída de una montañera irlandesa y la muerte de una barranquista en Ordesa, están relacionadas de alguna forma con las características meteorológicas de esta primavera.

La primera patinó y cayó por una ladera nevada en el Aneto y la segunda se vio atrapada por un remolino en un barranco por el que bajaba un abundante caudal de agua tras la temporada invernal y el comienzo del deshielo.

Este ha sido de hecho, uno de los rescates de mayor dificultad. Se trató de una joven de Barbastro de 33 años que falleció al quedar atrapada en un roca cuando descendía el barranco de Lapazosa, en Ordesa, junto a otras cuatro personas.

Asimismo, pocos días antes fue evacuada una esquiadora de 36 años, de nacionalidad irlandesa, que se produjo graves cortes en la cara al precipitarse 200 metros por una zona cubierta de nieve mientras bajaba del pico del Aneto.

Además se llevaron a cabo otras labores de auxilio, entre ellas una de un excursionista navarro de 26 años que había sufrido una torcedura cerca del ibón de Pondiellos, en el entorno de Panticosa.

Asimismo fueron rescatados un varón de 83 años y una mujer de 51, residentes en Barcelona, dado que uno de ellos había sufrido una lesión que le impedía seguir caminando.

Por otro lado, la Benemérita de Teruel pidió ayuda a los equipos de rescate e intervención en montaña de Huesca (Ereim) para que participara en la búsqueda de una montañera en los Puertos de Beceite, la cual fue localizada durante el operativo sana y salva.

Ya en el puente de San Jorge, cuando se podía viajar entre provincias, los especialistas en rescates de la Guardia Civil tuvieron unas jornadas de mucho trabajo con intervenciones por lesiones junto al refugio de Respomuso, en Balaitus, Los Lecherines y Foradada del Toscar, punto este último donde habían quedado atrapados sin poder continuar dos escaladores. Ya principios de mayo fue preciso atender a otros montañeros aislado en Peña Rueba, en Murillo de Gállego, así como a dos deportistas que se habían producido heridas, una en el Mondoto, cerca de Fanlo, y otra en La Renclusa, en el municipio de Benasque.

El segundo fin de semana de este mes hubo, por otro lado, un total de cinco salidas de los rescatadores de la Benemérita. En una de ellas fue auxiliado un grupo de montañeros que resultó arrastrado por una avalancha de nieve primavera en el denominado corredor de Estasen, en Benasque. Uno de ellos se hallaba en estado grave. Además fue preciso dirigirse a Riglos para prestar asistencia a dos escaladores que habían quedado enriscados.

Problema cardíaco

En otros servicio se llegó hasta un senderista con síntomas de cansancio extremo en Berdún y a otra personas con lesiones en las Gorgas de San Julián, en la zona de la sierra de Guara, junto a Nueno. A estos rescates hubo que añadir el de un perro que iba con un aficionado a la montaña en el pico de los Infiernos, en Panticosa.

Otra intervención con motivo de un fallecimiento tuvo lugar el 15 de mayo en la llamada ruta de las tres cascadas, que recorre parajes del pueblo de Cerler, donde un senderista de Lérida murió como consecuencia de un problema cardiaco repentino. Ese mismo fin de semana se atendió a dos barranquistas, una en el municipio de Tella-Sin, en el Sobrarbe, y otra en Bierge, en el Somontano, así como a un excursionista que había sufrido una caída en Bisaurri.

En el tercer fin de semana del mes de mayo se realizaron, al margen de la atención a la barranquista de Barbastro fallecida, otras cuatro intervenciones con participación del helicóptero de la Unidad Aérea de la Guardia Civil y del médico del 061 junto a los equipos de rescate.

Así, fue auxiliada una vecina de Toledo de 62 años con una posible rotura fibrilar en el gemelo en la Faja de Montespro (Pineta); un montañero de Barbastro de 29 años que se encontraba enriscado y no podía continuar la marcha en la Peña Nebera; un excursionista que se lesionó un tobillo en las inmediaciones del refugio de Bachimaña, y una persona residente en el Alto Gállego, de 31 años, que descendía el barranco de Furco (Broto) y que se había lesionado una rodilla.