Hubo un tiempo en el que cada municipio de Aragón quería tener su propio polígono industrial. Entre los años 90 y la primera década de este siglo proliferaron como setas. Que se ocuparan o no quedaban en un segundo plano. La realidad es que hoy hay alrededor de 2.100 hectáreas de suelo vacías repartidas en 2.300 parcelas de las 339 áreas empresariales de la comunidad, lo que equivale a la superficie de unos 2.520 estadios de fútbol como la Romareda. Unos eriales que ahora se pretenden poner en valor con diferentes medidas, como una ley autonómica que mejore su gestión, la instalación de energías renovables o la mejora de la bases de datos.

La propuesta ha sido lanzada por la Federación de Polígonos Empresariales de Aragón (Fepea), en colaboración con la patronal Cepyme. Esta organización fue creada hace diez años para defender los intereses de las 10.000 compañías instaladas en esos espacios, a los que quieren dar la importancia que tienen en los pueblos y ciudades con esta iniciativa y de la mano de los ayuntamientos.

“Vamos a trabajar en propuestas que mejoren las telecomunicaciones, la información, la accesibilidad, la gestión del medio ambiente y los residuos, la sostenibilidad”, afirmó el presidente de Fepea, Carlos Marquino, en la presentación del proyecto PVAI (Puesta en valor de las áreas industriales), en la que estuvo acompañado por el secretario general de Cepyme Aragón, Aurelio López de Hita. Al acto también asistió el director general de Endesa en la comunidad, Ignacio Montaner.

Marquino apostó por promover las “buenas prácticas” y consideró indispensable la colaboración público-privada como solución para la regeneración de las áreas empresariales y el crecimiento de otras. Para lograrlo, Fepea urge al Gobierno de Aragón a la puesta en marcha de una ley autonómica de gestión, modernización y promoción de áreas industriales, siguiendo el modelo impulsado por la Comunidad Valenciana y los proyectos legislativos en los que trabajan Castilla-La Mancha y Asturias. Esta normativa permitiría mejorar la gestión de los servicios e infraestructuras.

Refuerzo de las asociaciones

“Lo que queremos es que se acabe con la anarquía que hay en muchos polígonos, donde hay una asociación trabajando y muchas empresas que no colaboren. Es muy cómodo que diez trabajen y 20 se aprovechen”, lamentó Marquino, quien defendió la creación de esta norma para que las compañías "tengan la obligación de cuidar" el complejo donde se ubican.

Una de materias en que sí se ha avanzado en los últimos años es en el acceso a internet. La fibra óptica va a llegar a 37 polígonos antes del 2022, gracias a un plan impulsado por el Gobierno de Aragón, y otros 41 se incluyen en un programa de extensión de la banda ancha que ejecuta el Ministerio de Asuntos Económicos. “Es una reivindicación que viene de lejos que está llevando a cabo”, apuntó. 

Otra de las grandes carencias es la falta de comunicación e información sobre las empresas que comparten polígono. “A veces una compañía compra una materia prima a cientos de kilómetro cuando a lo mejor tiene un fabricante a 50 metros que se la puede servir”, señaló Marquino. Fepea propone para ello hacer uso de las nuevas tecnologías y aplicaciones digitales para tener bases de datos fiables y actualizadas sobre la situación de cada complejo, lo que facilitaría la toma de decisiones.

Energías renovables

La federación empresarial también apuesta por la instalación de energías renovables en parcelas abandonadas para poner en valor algunos polígonos y cumplir los objetivos medioambientales de la Agenda 2030 de Naciones Unidas.

Para López de Hita, se trata de un proyecto “interesante” y “plausible” que debe ser considerado por los poderes públicos en un momento “en el que se nos llena la boca hablando de despoblación y del Aragón vaciado”. En juego está, apuntó, la supervivencia de muchos pueblos y dar un paso a favor del reequilibrio territorial. “Se lucha por reactivar un sector de la economía aragonesa que, lamentablemente, se planteó mal, no se ha desarrollado y a días de hoy no constituye más que una pléyade de solares urbanizados repartido por todo el territorio”, concluyó.