El área de Pediatría es otra de las puntas de lanza del Hospital Materno-Infantil y un servicio amplio y complejo ya que, como apuntó su responsable, José Ignacio Labarta, atiende «desde fetos hasta adolescentes».

Las investigaciones en Pediatría han avanzado sobremanera en los últimos años y, para Labarta, son dos los avances a destacar: el desarrollo de las actividades pediátricas y el desarrollo de la atención primaria.

Gracias a ello, la mortalidad de los recién nacidos con menos de 1.500 gramos en los años 90 estaba en torno al 30%, y hoy, sin embargo, está cerca del 6%. «Eso indica la mejora en cuanto a la experiencia y a capacidad tecnológica», aseveró Labarta. Otro ejemplo de la actividad del área es el cribado en recién nacidos, con el que se detectan muchas más patologías que años atrás.

Por otro lado, destacó que cuando se asiste al niño «se asiste también a la familia en su conjunto, por lo que se busca una atención integral y que la familia se implique en los cuidados y sean partícipes». «Hoy conseguimos que la familia acompañe al niño. Que el niño vea un hospital que sea de su agrado gracias a la humanización asistencial».

Esto supone un cambio en el paradigma del hospital clásico, ya que el modelo de pediatría se encamina hacia potenciar la actividad asistencial a través de los ambulatorios, las nuevas tecnologías o la teleasistencia.

Todo ello es un reflejo del modelo que buscan desde el Servet, que bien resumió Labarta en una frase: «Debemos compaginar la actividad científica con la humanización asistencial. No solo curar, sino también cuidar, acompañar y aconsejar haciendo hincapié en la información a la familia para que conozca la hoja de ruta de los tratamientos del niño». M