Moha Gerehou nació en Huesca en 1992. Es una persona negra y sus padres inmigraron desde Gambia hace ahora más de 30 años. Sus orígenes y su color de piel siempre han sido un factor determinante en su día a día y ahora este joven aragonés ha escrito el libro Qué hace un negro como tú en un sitio como este para dar a conocer la realidad de las personas negras en nuestro país y el racismo al que se enfrentan. Gerehou fue también presidente de SOS Racismo en Madrid (2016-2018) y trabajó en la redacción de eldiario.es.

-Nació en Huesca. ¿Cuántas veces ha tenido que explicarlo?

-Infinitas y creo que eso me va a ocurrir toda la vida. Sigue existiendo una idea muy estereotipada de lo que es ser español o de lo que es ser aragonés. Solo se concibe que un español sea una persona blanca y esa no es la realidad que existe en las calles o en muchos colegios. Muchas personas creen que los que no somos blancos somos extranjeros. Eso me ha perseguido toda mi vida.

-Imagino que de ahí la necesidad de escribir este libro.

-Lo que intento demostrar es que la diversidad racial en España no es algo que esté por venir. Es algo que ya está aquí desde hace tiempo. La propia historia de España es multirracial. Desde que los árabes estuvieron en la península, desde la colonización de América y desde que Guinea Ecuatorial ha sido una provincia española hasta hace 50 años. Y el pueblo gitano lleva en España más de cinco siglos. De lo que hablo es de las historias de nuestros vecinos, de nuestros compañeros de trabajo...

-No pide piedad, sino normalización.

-Sí. Hay que reconocer la diversidad racial que existe en España y en Aragón. Una vez reconozcamos eso tendremos que entender qué es lo que nos ocurre a las personas racializadas y migrantes, y lo que nos ocurre es el racismo. Y una vez entendamos esto no tendremos excusa para no ser antirracistas.

-¿Cómo fue su infancia?

-Mi infancia fue en una familia migrante con muy pocos recursos. Viví las cosas que vive cualquier chico negro. Jugando a fútbol, sin ir más lejos, sufría insultos racistas. Al principio no lo acabas de entender, solo sabes que es algo negativo.

-A los 18 se fue a Madrid. ¿Dónde ha sufrido más racismo?

-No tengo una respuesta clara. En un lugar pequeño es más posible que te conozcan con más profundidad y que no seas Moha el chico negro sino que seas el hijo de Isatu que trabaja en una empresa de limpieza. En Madrid cada uno va más a su bola. Pero independientemente de donde estés siempre tienes la sensación de que eres extranjero.

-Dice en el libro que ha llegado a odiarse por ser negro.

-Creo que es inevitable. Sobre las personas negras o de origen africano existen unos estigmas muy fuertes como pueden ser la incultura, la incivilización, la suciedad... Nos pesa una mochila muy grande. Siempre eres el diferente: te lo hacen sentir así. 

-¿Y sus padres qué hacían ante esa situación?

-Es diferente. Ellos no tienen esos dilemas que yo he tenido de identidad sobre si soy español, soy gambiano o soy ambas cosas. Ellos saben que son migrantes y que aunque llegaran hace más de 30 años van a serlo siempre. Nuestra generación se ha empoderado y ahora ya puedo decir en alto que soy español y aragonés.

"Si no existieran temporeros viviendo en la calle un partido como Vox no tendría opción de sacar rédito de ello"

Moha Gerehou - Periodista y escritor

-El racismo es ahora parte del debate público. ¿Los hay que han perdido sus complejos? Se habla de los temporeros, de los menores no acompañados y se intenta sacar rédito de su situación.

-Estos dos son muy buenos ejemplos para explicar que exista un partido político, como puede ser Vox, o que haya una parte de la opinión pública que sea abiertamente racista. Que sean personas sin papeles, que tengan que vivir en la calle y que tengan unas condiciones de vida determinadas hace que sea muy fácil señalarles. Y eso nos enseña que solucionando esas situaciones que dan desde hace muchos años es como no se da ningún espacio a la existencia de ese racismo. Si no existieran temporeros viviendo en la calle un partido como Vox no tendría opción de sacar rédito de ello.

-Usted ha trabajado como periodista. Imagino que los medios tendremos parte de culpa en todo esto.

-Sí. Las redacciones de los periódicos en España no se parecen a la realidad que se ve en la calle. Las redacciones siguen siendo blancas en su inmensa mayoría y eso no se corresponde con la realidad.

-¿Cuántas veces ha escuchado la frase «yo no soy racista»?

-Muchas y eso no basta. El racismo, como el machismo, lo aprendemos desde que somos pequeños y es importante no quedarnos cómodos en ese «yo no soy racista». Eso está muy bien pero no basta si estás viendo que a tu alrededor hay racismo. Si te conformas con eso formas más parte del problema que de la solución. Hay que ser activamente antirracista y trabajarlo desde que somos pequeños. 

-Uno de los estereotipos que sufren los negros de los que habla en el libro es que tienen el pene grande. Explíquese.

-Sí. Hay gente, por cómo se entiende la sexualidad, que entiende que es algo positivo el tener el pene grande porque hemos entendido que eso implica mayor placer, pero eso es un mito. Pero no es normal, y se ha normalizado, que con personas que acabas de conocer, por el hecho de que sean negras bromees sobre su pene. Eso tiene un origen histórico y es culpa de esa imagen animalizada de los negros.

SOS Racismo alerta de que los casos de xenofobia no disminuyen

Pasan los años y según avanza el tiempo se supone que la sociedad es un entorno más amable y más abierto de cara a aceptar la diversidad. Pero los datos desmienten esta máxima. El año pasado la Oficina de Información y Denuncias de SOS Racismo Aragón tramitó 86 expedientes relacionados con casos de racismo y xenofobia y según el presidente de esta organización, José Luis Aliaga, «en los últimos diez años el número de atenciones realizadas se ha mantenido estable». Y esto «no es una buena noticia» ya que, por ejemplo en el último año se han detectado ligeros repuntes.

En Aragón no existen registros oficiales del número de casos de racismo que se dan en la comunidad por lo que los datos de SOS Racismo permiten aproximarse a la realidad que viven las personas racializadas y migrantes en la comunidad. Según Aliaga, además, en los últimos tiempos, «a pesar de los intentos institucionales y sociales que tratan de generar un clima favorable a la condena del racismo» hay sectores de la sociedad que se han quitado la careta.

«Hay más permisividad hoy con las manifestaciones racistas y hay una parte de la sociedad que se ha envalentonado y se ha venido arriba y se ha quitado los complejos», lamenta Aliaga, lo que es motivo de «preocupación y condena» por parte de esta organización. «Ese es el principal síntoma del empeoramiento de la situación más allá de los datos», añade el presidente de SOS Racismo.

En su opinión, los esfuerzos de las administraciones «siempre serán pocos» y este activista cree que falta integrar a las personas racializadas en las representaciones que se hacen de la población. «Muchos, lamentablemente, tienen la idea de que están siempre de prestado aunque no conozcan otra realidad y hayan nacido aquí», explica.

Para contactar y denunciar casos de racismo y xenofobia en la Oficina de Información y Denuncias hay que llamar al teléfono 976 290 214