Hace justo un año terminó la desescalada en Aragón tras los tres duros meses de confinamiento y se daba paso a una etapa de cierta normalidad. Entonces, en los siete primeros días del mes de junio se notificaron en la comunidad 87 casos de coronavirus. Ahora, 12 meses después, la cifra de la primera semana de junio deja 809 contagios. Es decir, los datos se han multiplicado por diez si se tiene en cuenta el mismo periodo del 2020.

La situación, dado que entonces se venía de un cierre estricto, donde el rastreo no existía y tan solo se notificaban los casos más graves o sintomáticos del virus, se puede entender como algo lógico. De hecho, había más diagnósticos y también más incidencia, que es ahora de 58 casos por cada 100.000 habitantes frente a los 6 por cada 100.000 que había en la misma semana de hace un año. «Es normal que tengamos ahora más contagios porque por aquel entonces no se hacían ni la mitad de rastreos. Lo más adecuado sería analizar el número semanal de hospitalizados en planta. Ahí vemos que sí estamos peor que hace un año», explicaba ayer a este diario el epidemiólogo y profesor de la Universidad de Zaragoza, Nacho de Blas. «Ahora estamos cerca de los 40 semanales y en los primeros días de junio de 2020 fueron poco más de diez. El problema en estos momentos es que las estancias son más largas y el ritmo de descenso es muy lento», añadía De Blas.

Muchos más optimismo ahora

En el caso de la ocupación semanal de las camas en las unidades de cuidados intensivos (ucis), Aragón se encuentra en un nivel «similar» al final de la desescalada. «Es un dato positivo. Hay días sin ingresos de pacientes», recalcó.

Sin embargo, donde sí hay un claro cambio de perspectiva respecto a hace un año es en la sensación de optimismo. En junio de 2020 había menos transmisión y menos incidencia de covid en Aragón, pero por contra se percibía más cautela ante el horizonte de la normalidad que empezaba. Ahora, un año después, hay más contagios y una mayor tasa acumulada en la comunidad, pero a pesar de ello el optimismo de la recta final es mayor. A eso ha ayudado, sin duda, el avance y las altas coberturas de vacunación.

También el cansancio entre la población se nota y tras más de un año de pandemia se han «interiorizado» situaciones que, hace un año, nos ponían en alerta. «La población ha asimilado las cifras de muertes. Ahora nos dicen 40 fallecidos diarios y somos impermeables a los datos, a las noticias y a los contagios. Hace un año nos echábamos las manos a la cabeza y se tenía aún temor», reflexionaba ayer Evangelino Navarro, portavoz de Sanidad en CSIF Aragón.

«Solo hace falta pasear por los bares para darse cuenta de que la gente ya no está como antes. La vacunación nos hace ser optimistas y es verdad que Aragón está casi a la cabeza en la administración de dosis. En cualquier caso, no se puede perder de vista al virus, que sigue ahí», añadió.