Más de 200 empleados y temporeros de Guimerá Fruits, una importante empresa agroindustrial de Maella, se han rebelado contra las duras condiciones de trabajo y los bajos salarios. No se trata de la primera vez que el campo se levanta para defender sus derechos, ya que el año pasado hubo una huelga de jornaleros para exigir el cobro de los contemplado en el convenio del sector.

Los temporeros protagonizaron una sentada ante las instalaciones de la central hortofrutícola de Guimera, situada en un polígono industrial de la localidad zaragozana. La empresa, que posee miles de hectáreas agrícolas en distintas provincias, es propiedad de dos hermanos. «Las condiciones laborales son malas, no solo les pagan poco sino que el trato que reciben no es correcto», señala un vecino de Maella.

Las protestas, que llevaron a la intervención de la Inspección de Trabajo, se iniciaron porque, según los huelguistas, se había acordado pagar de 7 euros en adelante la hora y se está abonando en realidad a 6 con unos céntimos.

Otro detonante fue el peso del recipiente que utilizan en el campo para coger la fruta en las parcelas, que al parecer, según los trabajadores es más pesado de lo que se había estipulado (por ser más grande), lo que aumenta la penosidad de las tareas que desarrollan. «La situación esta se veía venir, porque el problema no es nuevo ni solo de Maella, es algo general en el campo en España», añadió la misma persona.

«Junto a la central hortofrutícola hay unas casetas de los mismos dueños que las alquila a los trabajadores, cobrándoles incluso los meses en que no tienen faena, pues la planta para unos meses al año», explica. El parón dio lugar a un importante despliegue de la Guardia Civil que vigila la fábrica frutícola y los alrededores.

Sin embargo, desde el ayuntamiento de la localidad, el alcalde, Jesús Zenón, restaba importancia a la polémica suscitada y aseguraba que este episodio se había vivido en el pueblo «con tranquilidad». «Hay muchas empresas de este tipo y no ha pasado nunca en ninguna. Y esta vez, por lo que nos han comentado se debía a unas diferencias en el precio de la hora extra pero que ya está solucionado», remarcaba.

Alerta desde UGT y CCOO

El primer edil afirmaba, además, que la información que les había llegado de este conflicto laboral era que ya estaba «resuelto» porque «la empresa y los trabajadores finalmente han llegado a un acuerdo y este jueves han vuelto todos a su puesto».

Otras fuentes consultadas por este diario también apuntaron a la queja que algunos de estos temporeros y empleados tenían sobre el alojamiento al que se veían abocados a aceptar y por los que pagaban a los dueños de la empresa. Sin embargo, el alcalde negó que esté produciéndose se problema con los trabajadores de esta o de otra empresa de la localidad. «La mayoría de ellos tienen casa en el pueblo, que las han comprado o alquilado», garantizaba el alcalde en declaraciones a este diario.

Desde CCOO y UGT Aragón advirtieron de que situaciones como la de Maella «podría haberse evitado». Los sindicatos consideraron que la movilización puede extenderse a otros campos «si todo el mundo sigue mirando hacia otro lado ante el sistemático incumplimiento del convenio colectivo y la actitud boicoteadora de los sindicatos agrarios en Zaragoza y el pago del salario mínimo», dijeron. Así, CCOO y UGT insistieron en que «los responsables de esta situación son única y exclusivamente los mal llamados sindicatos agrarios», apuntaron.