Un 60,2 por ciento de las masas de agua de la cuenca del Ebro, con territorio en Castilla y León, presentan un estado ecológico bueno o muy bueno y cumplen con la Directiva Marco del Agua, mientras que las que tienen un estado moderado, deficiente o malo representan un 26,5 %.

Así se recoge en el informe "Impress 2020" de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) sobre presiones e impactos en las aguas de la Cuenca, que recoge el inventario de presiones ejercidas por la actividad humana sobre las masas de agua, informa el organismo de cuenca en una nota.

El informe no ha entrado a analizar un 13,3 % de esas masas y que también cumplirían los objetivos, ya que corresponden a masas de agua estacionales y a masas en espacios protegidos, estas últimas en estado óptimo por sus propias medidas de protección.

El estudio se realiza sobre 814 masas de agua superficiales, incluyendo ríos, lagos y embalses. En cifras, más de la mitad de las masas no se ven sometidas a presiones relevantes (53,6 % con presión nula o baja) y sólo el 17,4 % tienen presión global alta.

El principal problema de la cuenca serían las alteraciones morfológicas (azudes, presas, canalizaciones, protecciones y coberturas), que afectan a casi la mitad de las masas con presión media o alta.

Las fuentes difusas de contaminación (usos agrícolas y ganaderos, vías de comunicación, vertederos, usos urbanos, suelos con contaminación, zonas mineras y gasolineras) suponen también una de las principales presiones sobre la cuenca del Ebro y mayoritariamente se deben a las actividades agrícolas y ganaderas. Afectan al 44,3 % de las aguas superficiales con presión media o alta, aunque el 38,9 % tienen presión nula.

Como aspecto positivo, el informe destaca que la mayoría de las masas de agua no se ven afectadas por las fuentes puntuales de contaminación (vertidos industriales y urbanos), y que hay presión nula en el 79,6 % de las masas y alta únicamente en el 11,1 %.

Estos trabajos se enmarcan en las líneas generales de gestión por un Ebro Sostenible, en concreto en el eje 1 de mejora de conocimiento, que permite mejorar los análisis y la definición de medidas.

Los cuatro ejes restantes son la mejora de la gestión general de los sistemas; alcanzar el buen estado de las masas de agua; la renovación de la visión de la dinámica fluvial, y la garantía de suministro de los usos esenciales en la demarcación del Ebro.

La actualización del inventario en el informe recoge gran cantidad de información: 6.246 puntos de vertido, 44.745 explotaciones ganaderas, 1.061 gasolineras, 42.206 tomas de captación de agua, 350 embalses en la cuenca y 3.668 azudes y presas.

El análisis del impacto de la acción humana sobre las masas de agua de la Cuenca se lleva a cabo a partir de los datos de estado ecológico, estado químico y zonas protegidas.