Un voto en blanco frustró el acuerdo previo con Ciudadanos y Vox para que la popular Ana Alós volviese a ser alcaldesa de Huesca. Todo estaba preparado, pero al llegar el recuento de las papeletas, un voto en blanco frustró la operación y el PSOE se hizo con la alcaldía. Ahí se armó una marimorena que indudablemente ha marcado la legislatura, sobre todo por «la absoluta certeza de que ese voto en blanco vino de Cs», según aseguró la propia Alós. «Las papeletas del PP las había redactado una misma persona, que nos las repartió. El de Vox nos preguntó qué tenía que poner, si PP o mi nombre. Y lo puso tal y como le dijimos», añade. No le hacían falta más cuentas.

Tras aquel zipizape de la investidura llegó una moción de censura que fracasó al no contar con el apoyo de Cs e incluso un ofrecimiento del PP al PSOE para acordar los presupuestos y ordenanzas municipales más importantes y apartar a Cs «por no ser de fiar». Pero Vox ha cambiado de lado. Ahora se le acusa a Luis Felipe, el alcalde, de arrimarse a la ultraderecha para conseguir sus objetivos políticos, porque no le importa «pactar con el diablo», aprobando e impulsando medidas reaccionarias «como ocurrió con los presupuestos municipales para conseguir que el concejal de Vox no votara en contra», según le reprochan desde CHA, que acusa al alcalde de «blanquear» a la formación radical, que apoya los presupuestos de la izquierda e incluso se encuentra con la justificación de Felipe, que incluso ha logrado mantener una placa franquista en el ayuntamiento ante el asombro general y con un informe sorprendentemente contemporizador de Patrimonio de la DGA.

Han pasado dos años y el equipo de Gobierno «sigue poniendo en marcha proyectos como las obras de reurbanización de Ramón y Cajal, cuya tercera fase comenzará tras el verano; el cierre de cicatrices urbanas gracias al desbloqueo de proyectos como Harineras o Textil Bretón; o la construcción del nuevo Centro de Emergencias y Seguridad Ciudadana; cuyo proyecto está en licitación», afirman desde el consistorio, cuyos esfuerzos se centran «en las manifestaciones de interés de diferentes proyectos para optar a los fondos europeos Next Generation EU. Proyectos de ciudad, que abarcan diferentes ámbitos como sostenibilidad o servicios básicos y cuyo valor supera los 75 millones».

Entre ellos destacan el proyecto de recuperación del antiguo Seminario, con una inversión de 14 millones; un proyecto de movilidad sostenible y digital; o un proyecto de regeneración urbanística. «También se trabaja en proyectos para presentar a fondos europeos para impulsar la administración y la ciudadanía digital y en mejorar la red de abastecimiento de agua».

Respecto a los dos primeros años de legislatura, destacan «la llegada de Amazon a Huesca y la revitalización que supondrá para Walqa y Plhus. Además, el acuartelamiento del Sancho Ramírez se ha conservado, lo que permite mantener la población y consolidar 1.000 empleos directos e indirectos».