Cuando algo se dice que va sobre ruedas es porque las cosas salen bien y el objetivo marcado cumple las expectativas y plazos de forma razonable. La iniciativa The Hair Truck cumple con esta expresión porque está siendo un éxito y porque va sobre ruedas, sobre cuatro concretamente. El proyecto, made in Aragón y pionero en España, lleva el servicio habitual de peluquería a todos los pueblos aragoneses subido en una caravana, especialmente a aquellos que no disponen de él. Para ello sus artífices se desplazan a kilómetros de distancia para ofrecer dar respuesta a una necesidad no cubierta.

Sus responsables son Eneko Abad y Natalia López, un matrimonio aragonés que se dio cuenta del déficit que se producía en estas zonas y que quisieron paliar con la irrupción de The Hair Truck. «Siempre que mi mujer y yo vamos al pueblo los vecinos dicen que ya que ha venido el peluquero», comenta Abad. Muchos de los vecinos de estas zonas rurales afirman tener que recorrer varios kilómetros para poder ir hasta la peluquería más cercana, y de ahí nace la inquietud de estos dos peluqueros.

La caravana de The Hair Truck espera en el garaje su próximo destino. SERVICIO ESPECIAL

Este negocio sobre ruedas tiene buena aceptación, sobre todo en zonas como Sudamérica. «Vimos ese nicho de mercado porque he viajado por el extranjero y los negocios sobre ruedas iban bien. Por eso aquí lo estudié», expresa Abad. La idea surgió hace tres años. Empezaron con pruebas piloto y construyeron ellos mismos su propia caravana.

Falta de personal

El salto no es al vacío porque disponen de un establecimiento físico en la capital aragonesa y hace un par de meses abrieron su sede central en Teruel y una delegación en Zaragoza. También tienen previsto inaugurar otro centro en Huesca. «Lo tomamos en serio como un negocio que queremos expandir, queremos llegar a todo Aragón y en un futuro abrirnos al mercado nacional a través de franquicias», asevera Eneko.

No obstante, el camino será largo. Por el momento esas expectativas de crecimiento se ven truncadas por la falta de personal. «Se nos hace cuesta arriba encontrar a gente que quiera trabajar con nosotros porque buscamos llegar al medio rural, gente con experiencia, que quiera viajar por los pueblos, y nos cuesta que vean el proyecto. Queremos que la gente nos escuche, queremos dar trabajo, porque peluqueros solo estamos dos y necesitamos más», reflexiona Abad.

Pese a ello, la gran acogida de esta peluquería ambulante hace mirar con optimismo al futuro. «Estoy alucinado porque es un 100% de aceptación, sea donde sea que vayamos la gente esta súper contenta. Porque no es el lujo de peinarse, es una necesidad», recalca este peluquero aragonés. La mayoría de los clientes es gente mayor, personas que no pueden arreglarse por sí mismas y tampoco pueden desplazarse hasta núcleos urbanos donde se presta este servicio.