Renfe prepara con mimo el estreno del nuevo Avlo, su AVE de bajo coste, para su puesta en servicio el próximo 23 de junio. Se trata de una fecha señalada para la compañía, que ya tuvo que aplazar por la pandemia su inauguración prevista para abril del año pasado, y para todas las ciudades con parada en el actual corredor Madrid-Barcelona-Figueras, que aguardan su llegada a precios tan competitivos como 7 euros por asiento. La empresa se niega a facilitar cifras de ventas previas a ese día, mucho menos desglosada por comunidades o terminales concretas, pero sí destaca que la clientela en Aragón «aportará una demanda muy importante» a este nuevo producto. «Por eso tiene un volumen tan alto de servicios, que irán aumentando conforme avance el final de la pandemia».

Así lo aseguró, en declaraciones a este diario, el gerente del Corredor Nordeste de Renfe, Francisco Prats, quien apunta que de la mano del Avlo vendrán más mejoras en otros servicios, «también en los AVE, Alvia y Avant que van a complementar» al nuevo producto. Reconoce que es complicado saber el ritmo y los plazos en los que estas se pueden producir, que ahora ronda, por ejemplo en la alta velocidad convencional, la mitad de la oferta que tenía antes del coronavirus, Son trece los convoyes diarios cuando deben llegar a «12 en dirección a Barcelona y 13 hacia Madrid cada día». Y lo único que Renfe tiene en el horizonte es esa vuelta a la normalidad precovid que hoy se sitúa «a finales de 2022». Pero si algo se ha aprendido con el covid-19 es que nada es seguro a medio y largo plazo.

Lo que sí pueden analizar es el efecto que ha tenido cambiar la oferta que tenían previsto estrenar en abril del año pasado. Entonces solo iba a parar en Madrid, Zaragoza, Tarragona y Barcelona, y ahora lo hará en todas las que tiene intermedias y llegará a Gerona y Figueras también. En ese tránsito, gana Calatayud, que tendrá un convoy a las 19,30 horas y otro a las 12.10, hacia Madrid y Barcelona, respectivamente. Y ha mantenido la oferta para Zaragoza, con cinco de las ocho circulaciones diarias, dos hacia la Ciudad Condal y tres hacia la capital de España. De hecho, Prats subraya que esta es «la modificación más importante para Renfe», ampliar las ciudades a atender. «El objetivo es optimizar al máximo los asientos para mantener un nivel de ingresos que permita que sea sostenible», afirma.

Empieza su competencia con la francesa Ouigo, de la operadora gala SNCF, que ya funciona desde el pasado mes de mayo y que en su primer mes ya transportó a 130.000 viajeros en España y unos 30.000 con salida o llegada en Aragón. Una rivalidad que, al parecer, tampoco asusta, ni tampoco que llegue después de su estreno. «No es algo negativo, al revés, es positivo», afirma Prats, que destaca que si el final del estado de alarma hizo repuntar las ganas de viajar y las ventas, mucho más lo está haciendo ahora, con el avance de la vacunación, la flexibilización generalizada de las restricciones y las perspectivas tan positivas que se presentan de cara a las vacaciones de verano. «La demanda está creciendo mucho, cada semana se nota esa recuperación», explica el responsable de Renfe, quien admite que la pandemia también deja un volumen importante de «compras de billetes de última hora».

De cara a futuro, si el Avlo da resultados, el precio «no se descarta que sea más barato» y quizá aumentar la oferta, pero ahora toca empezar y reforzar en el Avlo «los compromisos de seguridad, fiabilidad, puntualidad e intermodalidad» que, asegura, ya acompaña a la marca de Renfe y AVE en España.