La Unión de Consumidores de Aragón (UCA) ha respondido en torno a 12.000 consultas desde que el Gobierno central anunció la entrada en vigor de nuevas tarifas de la energía eléctrica y un nuevo recibo de la luz para recoger los nuevos conceptos, que en teoría van destinados a que el consumidor doméstico se implique en el ahorro energético.

El primer efecto del cambio has sido un aluvión de consultas.Muchas personas nos llaman para preguntar qué pueden hacer, pues se trama de un asunto muy complejo”, explica José Ángel Oliván, máximo responsable de la UCA. “No ha habido quejas, pues todavía no han llegado los primeros recibos”, pero su entidad sí que detecta bastante preocupación en los usuarios. 

Los usuarios se interesan por los horarios de tarifas más bajas y cómo ahorrar en el uso de la luz, con el fin de no incurrir en unos consumos muy elevados que supondrían un gran peso en la economía familiar.

Leyendas urbanas sobre la luz

“La verdad es que en los consumidores hay muchas dudas, sobre todo en lo que se refiere a la modificaciones de las tarifas”, asegura Oliván. El desconocimiento de los parámetros del nuevo recibo, por otro lado, ha llevado a que en cuestión de pocos días circulen por las redes sociales “leyendas urbanas” que dan horarios totalmente erróneos sobre los mejores momentos para realizar tareas domésticas, desde planchar a poner una lavadora.

Con el recibo y el sistema anterior había unas horas claramente delimitadas en las que el coste de la energía era más bajo e incluso resultaba gratis, con el fin de estimular un uso racional del sistema en las horas en que había más demanda de otro tipo de consumidores, como la industria.

Sin embargo, ahora esas bonificaciones, que se mantienen en determinados casos, se han vuelto más difíciles de entender en un panorama cambiante.

Por ello la Unión de Consumidores de Aragón ha lanzado una campaña de información a colectivos sociales y particulares. Así, en fechas recientes, expertos de la UCA dieron una charla ante miembros de la Asociación de Vecinos del Centro Histórico de Teruel.

“Empezamos a recibir muchas consultas de nuestros asociados y por ello decidimos organizar una charla junto con la Unión de Consumidores de Aragón”, explica María José Izquierdo, presidenta de la entidad vecinal turolense. “Solo hubo 10 personas por razones de seguridad sanitaria”, añade.

Izquierdo sostiene que los cambios en el recibo de la luz han generado “mucha alarma social”, como ocurre cada vez que sale algo nuevo y que no se acaba de entender. “La UCA estuvo aquí, en nuestra sede, y nos detalló los componentes del recibo uno a uno, lo que representa y significa cada uno de ellos”, agrega.

Desde el 1 de junio

Los cambios de las tarifas eléctricas y de los componentes que los reflejan en los documentos de pago entraron ya en vigor el pasado 1 de junio.

Los cambios afectarán a todos los hogares, independientemente de la empresa que les suministre la energía eléctrica. Asimismo, el nuevo sistema no tiene en cuenta si el usuarios está en el mercado regulado o en el de tipo libre.

El objetivo de la modificación, tal y como ha expuesto el Gobierno central, es acercarse a un consumo “más eficiente” en un contexto de cambio climático y precios crecientes de los recursos energéticos.

Como en todos los cambios, habrá unas familias que saldrán beneficiadas y otras que deberán abonar más por el mismo consumo, en función de si sus hábitos de utilización de la energía se adaptan o no a los parámetros establecidos en el nuevo modelo. 

Una distinción fundamental es la que se entre periodos punta, llano y valle, basándose en la demanda de luz en horas concretas. Los usuarios, por su parte, podrán elegir entre dos potencias diferentes a tenor de sus necesidades.

El objetivo es trasladar gran parte del consumo al horario valle, es decir, el de menor demanda por otros sectores de la actividad. Ello será así entre semana, en horario nocturno, si bien el fin de semana será considerado en su integridad zona valle.

Difícil ahorro

“Esta idea ya nos la vendieron en la anterior reforma, pero el consumo doméstico es escasamente elástico, ya que pocas cosas se pueden cambiar de horario de uso, apenas un 10% de nuestro consumo es flexible”, advierte la página web de la UCA.

La entidad, por ello, considera que el nuevo modelo se propone “hacer recaer la culpa” de un consumo excesivo en los propios consumidores con el fin de justificar elevados aumentos de las tarifas.

“El perverso mensaje que se desliza en el nuevo modelo de facturación de la luz es “pagas más porque consumes mal”, añade.