La plataforma Aragón no pierdas tu tren se movilizó este domingo, una vez más, y ya van tres en el último mes (en Monzón, cuna del movimiento, llevan ya 52 concentraciones) para defender el ferrocarril y protestar por la supresión de los trenes (que pasan por Huesca, Monzón, Caspe, Teruel, Calatayud y Alagón) debido a la falta de demanda y la pretensión de la DGA de dejar de subvencionarlas por no ser de su competencia. Las concentraciones llegan después de que el consejero aragonés de Vertebración del Territorio y Movilidad, José Luis Soro, anunciara que el 1 de julio dejará de financiar los servicios y reclamara al Gobierno central poder negociar el pago. La reivindiación se extendió por medio centenar de estaciones y apeaderos: desde Morata de Jalón a Sariñena, pasando por Monzón, Tardienta, Grañén, Zaragoza o Embid de la Ribera, entre otras. 

Las movilizaciones tienen su origen en Monzón, donde llevan desde 2019 saliendo a protestar. Primero fue por las deficiencias del servicio ferroviario, después para recuperar las frecuencias suspendidas por la pandemia y ahora por la posible supresión de trenes regionales si la DGA no da marcha atrás a su anuncio. «Exigimos al Gobierno de Aragón y al Ministerio de Transportes que se pongan de acuerdo sobre su financiación», afirmó Vicente Guerrero, portavoz de Cambiar Monzón en el ayuntamiento mediocinqueño y uno de los precursores del movimiento reivindicativo.

«No entendemos que la DGA quiera dejar de aportar 4 millones de euros, que suponen el 0,05% del presupuesto de la comunidad», lamentó. A su juicio, son clamorosas las comparaciones con otras ayudas, como las concedidas por esta Administración para que celebrar carreras en Motorland, cubrir el déficit de Aramón o subvencionar vuelos de compañías aéreas como Ryanair. «Ahora es más fácil trasladarse a Milán que ir a Purroy, Encinacorba o Fayón», denunció Guerrero. «En zonas rurales no pueden perder más servicios. Lo que desaparece no vuelve», enfatizó. 

Cada municipio protestó a su manera, en Fayón cortaron durante unos minutos la línea ferroviaria; en Caspe, recibieron al tren con aplausos; pero en todas las protestas hubo un denominador común, pancartas reivindicativas pidiendo no se eliminen servicios si no todo lo contrario, que aumenten las paradas, que se mejoren horarios e infraestructuras.

Protesta en la estación de Goya

En la estación zaragozana de Goya se concentraron una treintena de personas, convocadas por Crefco. Su portavoz, Javier Garrido recordaba que esta movilización viene motivada por «la reducción de servicios» anunciada, pero también por «la pérdida de la calidad de los servicios o la reducción de horarios». Por eso, subrayó, la protesta no es solo contra la DGA, también contra Renfe y el ministerio. «Si queremos evitar la despoblación del medio rural hay que apostar por los medios de transporte».

Ángeles Gallardo, de Recortes Cero, es una habitual de las concentraciones dominicales en la estación Goya. Soriana de nacimiento, considera que con la supresión de servicios ferroviarios, tanto en Aragón como en Castilla, dejan «incomunicados» a los pueblos, señala, para apostillar que sus habitantes «también pagan impuestos» y tienen «peor sanidad, comunicaciones, internet…». Por eso, critica que consideren el mantenimiento de los ferrocarriles, «un gasto» cuando es «un servicio social». 

De la misma opinión es Noemí Larrayad, para quien el tren es «importante» para movilizar la economía y la industria y el hecho de que «desaparezca» hace que los pueblos se desindustrilicen. 

Mariano Estela es de Gallur y reivindica la mejora del ferrocarril no solo en el interior de Aragón si no también con las comunidades limítrofes. Apuesta por «servicios adecuados, revisiones de horarios» y también de materiales porque se trata de maquinaria muy vieja. La supresión de los trenes supondrá «la muerte de los pueblos», sentencia María José Pérez, porque son un «complemento esencial».