Los expertos en asuntos de tráfico asisten asombrados a un fenómeno reciente, de última hora, en las carreteras aragonesas. A raíz del fin del confinamiento perimetral entre autonomías el pasado 10 de mayo se han disparado los muertos en accidentes.

Hasta el punto de que, desde esa fecha han fallecido ya en siniestros viales en la comunidad aragonesas nueve personas, es decir, casi el 43% del total de muertes registradas desde el 1 de enero, con un total de 21, incluyendo las dos que se produjeron el pasado fin de semana, de un ciclista que iba por el centro de la calzada y un motorista que se salió de la vía.

Curiosamente, hasta la citada fecha de apertura de las carreteras a todos los usuarios, el número de fallecidos en las tres provincias aragonesas había sido de 12 en total, pero extendidos en un periodo de casi cuatro meses y medio. De ahí que los entendidos miren con preocupación la reciente tendencia ascendente, por miedo a que se consolide y dispare las cifras de siniestralidad vial con su triste corolario de incremento de las víctimas mortales.

A raíz de estos datos han surgido las preguntas sobre las causas y sobre una posible relación entre el final del citado confinamiento perimetral y el comportamiento de determinados conductores.

«No hay razones para ser pesimista, pero hemos percibido que los conductores sí corren más», advierte José Antonio Mérida, jefe provincial de Tráfico de la provincia de Zaragoza. «Es algo que puede percibir cualquier automovilista que salga a la carretera y cuyas causas se desconocen, pero es una realidad que será estudiada», asegura.

Incremento del 12%

«Se ha notado un incremento del número de accidentes en los que se ven implicadas motocicletas», continúa Mérida. En su opinión este hecho puede estar relacionado en cierta medida del aumento de la venta de este tipo de vehículos. No obstante, precisa, se está trabajando específicamente con este tipo de usuarios con el fin de concienciar sobre el cumplimiento de las normas de seguridad vial.

Con cifras hasta el pasado 18 de junio Aragón había registrado un incremento del 12% en la mortalidad en los accidentes en vías interurbanas en el primer semestre del 2021 en relación con el mismo periodo del año 2020, según datos de la Jefatura Provincial de Tráfico, con dos muertos más.

Sin embargo, a nivel de la provincia de Zaragoza el resultado es que este primer semestre se registra un 23% menos, con tres fallecidos menos (excluyendo el ciclista de La Cartuja).

Menos en Zaragoza

«Es muy poco tiempo el que ha pasado desde que se estableció la libertad de movimiento entre comunidades para sacar conclusiones», destaca Mérida.

Comparando 2021 con 2019, a nivel de Aragón se han producido cuatro muertos menos, un 17% menos. Pero en Zaragoza un fallecido más en el mismo periodo, un 11% más, según los datos del organismo provincial de Tráfico.

En estos momentos, según las estadísticas oficiales, a nivel nacional hay 105 muertos menos que en el 2020, es decir, se ha pasado de 320 a 425. Pero también está lejos la cifra del 2019, en el que hubo 473 muertes en las carreteras. En Aragón se ha pasado de los 24 fallecidos de hace dos años a los 21 de este ejercicio, a fecha de 21 de junio.

Actualmente de los 11 fallecidos en Zaragoza el 80% ocurrieron en carreteras de dos carriles, uno en cada sentido. Se trata de una tónica que viene de lejos y que no ha cambiado nada. El problema está en las convencionales, por ejemplo en la N-232.

Esta vía, por cierto, registró un accidente en mayo en el que perecieron dos personas de un mismo vehículo y ha dado lugar a una investigación por posible responsabilidades penales en uno de los conductores de un coche implicado. Por otro lado, un 30% se producen en autonómicas y provinciales y un 50% en las nacionales.

En números absolutos son dos en autovías, cinco en nacionales y tres en autonómicas y provinciales, de los cuales tres en la N-232, la carretera más peligrosa de la provincia.

En cuanto al tipo de accidente, cinco son por salida de la vía, por distracciones y velocidad inadecuada, que representan el 50% del total. Pero en este capítulo tampoco hay variación con respecto a otros años. «Hay que tener en cuenta que falta el verano y el verano es siempre complicado», dice Mérida.

El año pasado en el verano se produjo un fallecido en junio, dos en julio y dos en agosto. Pero en el 2019 tuvimos cinco fallecidos en julio, en el 2018, cinco y el 2017, cuatro.

Por ello ahora mismo se están haciendo campañas de vigilancia, en junio de alcohol y drogas, en julio una de control de velocidad, en agosto de control de alcohol y drogas. En septiembre, de motos y de distracciones.

También habrá de furgonetas, de camiones y autobuses y de transporte escolar. En noviembre se hará una autonómica que abarcará las tres provincias.

Pero, al margen de las campañas, la prensa desarrolla una «enorme» tarea de concienciación. «Es un problema de educación, concienciación y, tristemente, también de vigilancia», manifiesta el responsable provincial de Tráfico en Zaragoza.

«No se investigan los accidentes»

Una de las formas para avanzar en el camino hacia la reducción de los accidentes pasa por el estudio de las causas técnicas que los producen. Así lo indica el profesor Juan José Alba, responsable del Grupo de Nuevas Tecnologías en Vehículos y Seguridad Vial, que enseña en la Universidad de Zaragoza. «Hay una tendencia a buscar al responsable del accidente, pero el resto de factores que contribuyen a que este suceda se descuidan», denuncia Alba, que considera que este problema aqueja desde siempre al estudio de la seguridad vial en España. «Eso nunca se ha hecho y es fundamental para evitar que se repitan», explica el experto, que insiste en que «hay que ir más allá del causante del siniestro para buscar la causa profunda».

Esa causa, continúa, puede encontrarse en el tipo de formación que reciben los conductores y en que no se les enseña a afrontar situaciones de riesgo al volante o cuando pilotan una motocicleta. «Se tiende a considerar la conducción como algo trivial, como un derecho», sostiene Alba, que indica que la propia Dirección General de Tráfico reconoce dónde yace el problema cuando aconseja a los conductores que asistan a cursos de formación sobre conducción segura.

«La formación es muy importante», subraya el experto, que mantiene que ningún accidente debe pasarse por alto, con el fin de descubrir el mecanismo que l o ha ocasionado y actuar sobre el mismo, sea la preparación del conductor, el estado de la carretera, su señalización o las condiciones del vehículo. De un tiempo a esta parte las informaciones indican que se están disparando los siniestros viales, pero el profesor Alba aconseja estudiarlos en su contexto y «tener cuidado con las estadísticas», pues cuando las cifras de partida son bajas cualquier nuevo accidente puede trastocar los porcentajes.

Desde su punto de vista, se trata de no dejarse llevar por la impresión del momento y actuar como se hace en los accidentes que sufre la aviación civil, en los que se investigan todos los posibles elementos que han intervenido en que se produzca. «El objetivo es siempre evitar que se repita un siniestro a través del conocimiento de las causas e interviniendo sobre ellas», afirma. Solo de esa forma se avanza en las tareas de prevención pues incluso las campañas de información dirigidas a los conductores inciden en las circunstancias y factores problemáticos de la conducción.