Hay infinitas formas de hacer deporte, pero disfrutar de un buen partido de pádel con tu hermana como compañera está a otro nivel. Es la historia de una pareja de gemelas, Elena y Reyes Cervera Torres, que comenzaron a pelotear con la pala por diversión y terminaron enganchadas al pádel. Ambas son, respectivamente, las directoras de las oficinas de Caja Rural de Aragón en Aínsa y Barbastro Urbana, una entidad que patrocina la Gala Mujer y Deporte, cuya III edición se celebra el próximo jueves y que EL PERIÓDICO DE ARAGÓN organiza.

¿Cómo valoran la existencia de unos galardones como estos premios Mujer y Deporte?

Es de agradecer que se reconozcan los valores que la mujer representa en las distintas modalidades deportivas. La existencia de un galardón así es gratificante. La falta de reconocimiento social y económico de las mujeres deportistas en relación con los hombres es todavía una realidad.

¿Qué se siente al pertenecer a Caja Rural de Aragón, una entidad que apoya el deporte femenino con estos Premios Mujer y Deporte?

Es un orgullo pertenecer a Caja Rural de Aragón, nos sentimos perfectamente identificadas con sus valores donde priman la cercanía, la sencillez, la colaboración y el entusiasmo.  

¿Cómo comenzaron a jugar al pádel?

Todo empezó hace aproximadamente seis años, después de llevar un tiempo yendo al gimnasio. Decidimos probar el pádel… y la verdad es que nunca habíamos jugado a ningún deporte de raqueta. No sabíamos coger ni la pala. Empezamos jugando unas pachangas, luego fuimos practicando en algunas liguillas y más tarde empezamos a recibir clases con un entrenador para mejorar nuestra técnica. Hemos terminado enganchadas a este deporte, estamos federadas y jugamos dentro del Club Pádel Indoor Huesca en 1ª División Femenina de Aragón.

¿Practican deporte desde niñas?

Si, desde niñas hemos practicado deporte. Durante nuestra infancia vivíamos en los Monegros, en Grañén. El deporte y el trabajo en equipo van unidos. Ahí jugábamos en el equipo de fútbol sala, donde los fines de semana íbamos a competir a diversos pueblos de la comarca. Ahora, hemos vuelto a la competición en la Comarca de los Monegros con el Monegros Pádel Tour, un torneo para promocionar la práctica del deporte en el mundo rural.

¿Tiene el deporte femenino amateur suficiente apoyo, tanto social como institucional?

El deporte necesita seguir avanzando para lograr alcanzar la deseada igualdad entre hombres y mujeres. Aunque bien es cierto que se ha progresado, queda todavía un largo camino por recorrer. Se ha avanzado en la situación de la mujer en la sociedad, particularmente en el deporte, pero todavía existen brechas entre hombres y mujeres que tendrán que disminuir poco a poco con acciones y políticas públicas y privadas que vayan encaminadas a una mayor igualdad entre ambos sexos.

¿Es fácil jugar juntas?

Totalmente. Confiamos la una en la otra y esto hace que nos entendamos mejor. Además, la relación que existe con una hermana gemela es especial. Aunque también es cierto que como dice el refrán hay veces que la confianza da asco, y esa confianza nos hace hablar en un tono que quizás no usaríamos con cualquier otra pareja.

¿Existe una mayor compenetración al ser hermanas?

La compenetración es perfecta. Al conocernos tan bien, con un solo gesto o una mirada ya sabemos más o menos lo que nos queremos decir, sabemos que piensa la otra o por dónde va a jugar una pelota. Ser una pareja habitual nos hace tener una dinámica de juego y estrategia que, en muchas ocasiones, sin tener que hablar nos entendamos. Es importante saber a qué bolas tenemos que ir cada una, quién debe cubrir bien el centro... Una buena comunicación con tu pareja de pádel es clave para ganar y disfrutar.

¿Cuáles creen que son los próximos pasos para seguir para conseguir la igualdad en el deporte?

El deporte competitivo debe ser considerado una actividad, al igual que todas las demás, donde la mujer pueda desarrollarse al igual que los hombres, tal y como ocurre en política, ciencia o cualquier otra disciplina. Debe existir igualdad de oportunidades para obtener los mejores resultados. La imagen de la deportista ante sí misma, ante sus compañeros o compañeras y ante los demás, debe ser exactamente eso, la de una persona que intenta lograr lo mejor de sí misma en lo que cada una ha elegido.