El Gobierno de Aragón se pegó toda la jornada de ayer esperando noticias del Ministerio de Transportes (Mitma) a propósito del pulso que mantienen desde la DGA con la operadora, Renfe, y con el Ejecutivo central, pero estas no llegaron. Las únicas novedades apuntaban a otras líneas, como la de Canfranc, en la que la compañía, estatal y de titularidad pública, anunciaba viajes teatralizados desde Jaca hasta la estación internacional –que gratis no serán, precisamente– y desde el Pignatelli daban todo el eco posible a un nuevo convenio, este con Adif (otra empresa estatal vinculada al ministerio), para el futuro desarrollo urbanístico en la terminal. Será coincidencia en el tiempo, y la necesidad de estos para atraer viajeros igualmente relevante, pero el contraste es importante con respecto a todos esos municipios que el pasado domingo salían al andén de las líneas que ahora peligran y que no obtuvieron ninguna respuesta.

Una escala más en este trayecto de ancho variable en el que se mueve la locomotora de la Consejería de Vertebración que dirige José Luis Soro, obligada a adaptarse a esas fotos contradictorias de un día echar un pulso a Madrid y Renfe y otro hacerse la foto con buena cara. Y al menos el estreno del Avlo evitará otra imagen que sería aún más molesta. No habrá acto institucional para estrenar el AVE de bajo coste, el Avlo, mañana miércoles, porque el titular de la cartera ministerial, José Luis Ábalos, no va a pasar del andén de la estación madrileña de Atocha. Ni invitaciones, ni sonrisas forzadas ni, sobre todo, malas caras. El nuevo tren se estrena con un discreto pistoletazo de salida.

Tampoco es que Soro, y por extensión la DGA, estuviera para ir a aplaudirle, por más que haya cuidado de Zaragoza-Delicias y Calatayud en su estreno, pero habría sido un encuentro interesante para la comunidad. Importante por el momento en el que se produce y, quién sabe, si con algún anuncio in extremis que sirviera para hacer más amable el acto para todos. En su lugar, como ayer, silencio en su respuesta a Aragón y sigue la cuenta atrás con incógnita para los regionales.

Por contra, Adif, el Gobierno de Aragón, el Ayuntamiento de Canfranc, el Consorcio Urbanístico Canfranc 2000 y la sociedad pública Suelo y Vivienda de Aragón (SVA) firmaron ayer un nuevo convenio para abordar conjuntamente la rehabilitación, gestión y desarrollo del área ferroviaria de la estación de Canfranc, que tras tantos años de abandono hoy parece el niño mimado tras la inauguración de su nueva estación ferroviaria el pasado 15 de abril.

Con este convenio, Adif se compromete a desafectar los terrenos que no vayan a ser necesarios para el uso ferroviario, que se pondrán a disposición de la operación urbanístico-ferroviaria para la ejecución de las determinaciones del Plan Parcial del Entorno de la Estación internacional de Canfranc.

Establece además, según informó Adif, la transmisión de la titularidad de las fincas patrimoniales desafectadas del servicio ferroviario a Suelo y Vivienda de Aragón, a título de expropiación forzosa o compraventa. El Gobierno de Aragón, por su parte, se encargará de concluir la ejecución de todas las obras pendientes para la rehabilitación integral, para su uso urbano, de los suelos que resulten desafectados del uso ferroviario, así como de la parte correspondiente al importe que suponga la redacción de proyectos y dirección de obra.

Asumirá también, a través de Suelo y Vivienda de Aragón, los costes correspondientes a la rehabilitación del edificio principal de la Estación Internacional, lo que incluye la parte ya ejecutada entre 2007 y 2009, de consolidación estructural, como la obra actualmente en ejecución, cofinanciada por el Ministerio de Transportes y las obras pendientes para el acondicionamiento interior destinado a su uso como hotel.

El Ayuntamiento de Canfranc aportará asimismo a la SVA el porcentaje de aprovechamiento urbanístico que resulte del desarrollo del ámbito de los terrenos objeto del convenio, mientras que la sociedad abonará a Adif el valor de los terrenos desafectados del servicio ferroviario mediante un pago anticipado consistente en la entrega de obras ferroviarias.

El convenio fija además como obligaciones comunes para todas las partes buscar líneas de financiación para hacer efectivo el proyecto de un Museo de Ferrocarril de Aragón.

Y para más inri, lejos de llegar la solución para los trenes regionales, Renfe anunció que hará viajes teatralizados de Jaca a Canfranc. En estos trayectos se representará Volver a Canfranc, la novela de Rosario Raro que sitúa a la localidad en la Segunda Guerra Mundial, cuando estuvo ocupada por el ejército nazi.