En 2020, el año del covid-19 y del período transitorio del Brexit, el sector papelero español mostró músculo y su producción se situó en 6,27 millones de toneladas de papel y 1,65 millones de toneladas de celulosa, con una caída en la producción de papel del 2,6% y del 0,4% en la de celulosa, según el Informe Anual del Sector de la Celulosa y el Papel editado por ASPAPEL. Aragón fue la comunidad que más papel produjo el año pasado representando un 35,6% de la fabricación nacional, con 2.230,9 toneladas en las ocho factorías del sector que se mantienen a día de hoy en el territorio aragonés.

El empleo a nivel nacional también se mantuvo estable en 16.637 empleados directos. Sin embargo, la facturación del sector en 2020, pese al mantenimiento del nivel de actividad, cae un 14% hasta los 3.981 millones de euros. El año pasado también se puso de manifiesto la importancia del mercado exterior en el sector papelero, para el que se destinó el 46% de la producción. Las exportaciones representan el 59% de la facturación total.

La presidenta de ASPAPEL, Elisabet Alier, expresó que la pandemia había dejado claro "la importancia de contar con una industria local potente y sostenible". Y es que "la casi totalidad de las setenta y nueve fábricas de celulosa y papel, incrementando las medidas de prevención y seguridad, se han mantenido en funcionamiento". "La existencia de una fuerte industria papelera nacional ha permitido, incluso durante el confinamiento, atender la demanda y asegurar el suministro de los productos de higiene y limpieza, de los envases y embalajes de productos de primera necesidad (comida, bebida, medicinas, vacunas…) o de los papeles gráficos para la comunicación y el ocio”, explicó Alier.

Además, las empresas, según la presidenta de ASPAPEL, "han entendido los retos de transformación que debe acometer en el marco de la nueva economía y buena prueba de ello son los casi 2.000 millones de euros invertidos en el período 2015-2020 para mejorar el rendimiento de las plantas y centros de producción con base en los estándares de sostenibilidad más exigentes". Asimismo, puso en valor el plan de inversiones estratégicas por valor de 1.400 millones de euros que impulsará la transformación de la cadena de papel española "en un referente internacional de industria circular y descarbonizada".