La variante del covid que se originó el verano pasado en la Franja (denominada 20E-EU1) y que pronto se expandió por España también traspasó fronteras y llegó incluso a Australia, Nueva Zelanda o Singapur. Así se recoge en un estudio internacional publicado por la revista Nature acerca de esta cepa y en el que han participado investigadores de Suiza, EEUU y España. Entre estos últimos ha estado el equipo de Microbiología del hospital universitario Miguel Servet de Zaragoza.

Esta variante, que dominó desde junio en las comarcas más orientales de Aragón y también en la provincia de Lérida, se extendió en agosto por completo por todo el país, pero antes ya había saltado a parte de Europa. «En julio ya aparecen casos de esta variante en Suiza, Noruega, Suecia o Bélgica, pero especialmente tiene gran presencia en Gran Bretaña. También llega a Austria o Singapur. Todo apunta a una relación clara y directa con la movilidad», explica a este diario Antonio Rezusta, jefe de servicio de Microbiología del Servet.

Lo que sí apunta, por tanto, el estudio es que la clave de la propagación de esta cepa, que algunos bautizaron como la variante española, se debió a los viajes y no al virus, que no se consideró más transmisible. «Se pensó que se transmitía más y eso no está claro. No es una variante ni más ni menos grave, pero lo que es evidente es que la movilidad, que creció en pleno verano con el turismo, llevó a su expansión, especialmente en el espacio Schengen», reitera Rezusta. «Estimamos que la EU1 fue introducida cientos de veces en países europeos por turistas», reza en el estudio.

Los temporeros, el origen

La aportación del trabajo del equipo de Microbiología del Servet se produce a través del envío de hasta 1.800 muestras positivas de covid recogidas en Aragón. Desde marzo, momento en el que explota la pandemia, ya habían acordado con el grupo español Sercovid el envío de muestras para su secuenciación. «Tras hacer la extracción correcta la enviábamos a Valencia, porque entonces aquí no secuenciábamos. El 20 de junio (de 2020), los casos aislados que mandamos ya son positivos surgidos en la Franja y entonces ven que ahí hay algo diferente a lo que estaba circulando por España. Es ahí cuando esta investigación concreta se pone en marcha», cuenta Rezusta.

Rezusta: «Esto da un valor tremendo a la microbiología molecular»

El jefe de Microbiología del hospital Miguel Servet, Antonio Rezusta, recalca que este trabajo «da un valor impresionante a la microbiología molecular» y «abre la puerta» a que los laboratorios tengan «condiciones» para poder trabajar en la secuenciación. «Eso nos ayudará mucho a ver cómo evolucionan los gérmenes. En estos momentos, el 70% de las enfermedades nuevas procede de animales y ahí hay que seguir investigando. Para crear una base científica hace falta tecnología y, obligatoriamente, inversión», recalca Rezusta.

«El proceso no ha sido fácil. Una vez que se hace la extracción, hay que trabajarla un poco más para ver que cumple los requisitos. Hemos trabajado fuera de horario, pero es una satisfacción ver que la investigación se publica en una revista de impacto», cuenta Alex, uno de los residentes de Microbiología. 

Dado el carácter internacional de la colaboración, ese mismo día, el 20 de junio, una muestra en Alemania también sale con la variante de la Franja. «Los hospitales entonces empiezan a enviar casos y se ve que la variante se ha extendido por España. En algunas zonas son el 50% de los casos, en otras el 80% y en el caso de Aragón su presencia empezaba a ser casi total», explica el experto.

El origen de esta cepa aragonesa se mantiene en los temporeros que acudieron a la campaña de la fruta. En concreto, la publicación pone el foco en la «agricultura». La variante ha seguido circulando, pero con el tiempo ha quedado solapada por la británica.