Con 45 votos a favor, 18 en contra y dos abstenciones, el proyecto de ley del Impuesto Medioambiental sobre las Aguas Residuales (IMAR), que sustituirá al contestado Impuesto de Contaminación de las Aguas (ICA), dio este martes un paso más en las Cortes de Aragón y avanza en la tramitación para convertirse en ley después de la correspondiente tramitación parlamentaria y periodo de alegaciones.

Un nuevo impuesto que, cuando entre en circulación, sustituirá al ICA, y que era una de las líneas marcadas por Podemos en el pacto de investidura para entrar a formar parte del cuatripartito. Un gravamen que defiende el Gobierno en bloque, pero que no contenta a la Red en apoyo al Agua Pública de Aragón (RAPA), que desde hace años lidera la contestación social frente a un impuesto que califican de «injusto» y cuyos aspectos «más negativos», consideran, no se solventan con el nuevo IMAR.

El consejero de Agricultura del Gobierno autonómico, Joaquín Olona, destacó la bajada del 9,2% en el tipo fijo y la «progresividad» que incorpora, que permitirá reducir el coste en aquellos hogares que consuman hasta 16 m3 de agua mensuales, lo que cubre, aseguró, al «95% de los usuarios». La reforma del impuesto supondrá una merma de 5,7 millones de euros en las arcas públicas, por lo que Olona ensalzó el «gran esfuerzo» realizado por el Ejecutivo para mantener la depuración.

Para el PP, la propuesta tan solo tiene «afán recaudatorio». Así lo defendió el diputado Ramón Celma, quien lamentó que los aragoneses «van a seguir siendo los españoles que más paguen por un impuesto de estas características». También criticó el impuesto a los envases de plástico de un solo uso, un planteamiento afeado por los grupos del Gobierno y de Izquierda Unida, que le recordaron la existencia del cambio climático. El portavoz de Vox, Santiago Morón, denunció que el impuesto «no compensa suficientemente el consumo de las familias numerosas». Y desde IU, su portavoz Álvaro Sanz llamó al Ejecutivo a incorporar enmiendas en el periodo que se abre para que su abstención ayer no se transforme en un voto en contra. «El ICA se deroga, pero las cuestiones negativas que lo inspiraban siguen ahí», lamentó Sanz.

El portavoz de Podemos, Nacho Escartín, defendió que el IMAR «será más justo, simplificado y transparente, y responderá al principio de que quien contamina, paga».

Carmen Tejero, portavoz de la RAPA, manifestó que el proyecto de ley «resulta insuficiente» tal y como se plantea ahora porque no se afronta el fondo del plan de saneamiento y depuración, y no se replantean las competencias de los ayuntamientos. Desde la red denuncian que no se resuelve la «doble duplicidad de pago» que padecen los vecinos de Zaragoza. Tejero confió, por otro lado, en que estas cuestiones se maticen en el periodo de alegaciones.

Erika Sanz se abstiene en el ICA y rompe la disciplina

La diputada oscense Erika Sanz, que anunció su dimisión de Podemos el pasado mes de mayo, vivió ayer su último pleno como parlamentaria de las Cortes de Aragón, ya que anunció que deja la política y volverá a su trabajo de maestra en la escuela pública el próximo mes de septiembre.

Sanz seguirá como diputada, no obstante, hasta finales de agosto. Y ayer, en su última votación como parlamentaria autonómica, volvió a saltarse la disciplina de voto del partido y se abstuvo, junto al parlamentario de Izquierda Unida, Álvaro Sanz, en la votación del proyecto de ley de regulación del Impuesto Medioambiental sobre las Aguas Residuales (IMAR), que sustituye al ICA.

Esta reforma es una de las grandes demandas de Podemos en el pacto de investidura, pero Erika Sanz se abstuvo al considerar que el proyecto presentado no cumple con las necesidades expresadas por los colectivos que tantos años llevan reclamando la derogación del ICA.