No ha gustado nada la decisión del Gobierno de Aragón de cerrar varias de las urgencias de tarde que se ofrecen en diferentes centros de salud de Zaragoza. Si uno se planta en la entrada de uno de los ambulatorios que se va a ver afectado por esta medida va a escuchar de los usuarios es que les parece «mal», «muy mal» o «fatal». 

La decisión planteada por Sanidad, que entrará en vigor mañana y afectará a una docena de centros en horario de 17.00 a 20.00 horas, pretende unificarlos en un solo punto las atenciones tras comprobar una baja demanda de pacientes. Un motivo que para los zaragozanos no justifica su cierre. «A mí me parece mal. Si quieren recortar que lo hagan de otro lado, que la Administración pública no solo es la Sanidad», comenta Jesús Jiménez tras su visita a la doctora de cabecera del centro Actur Sur, uno de los afectados. Preocupado por si esta decisión va afectar a los profesionales, pregunta que «qué harán con ellos, ¿los quitarán? Porque este gobierno no se da cuenta de que los recortes no pueden ir dirigidos nunca a la Educación y la Sanidad», añade rumbo a casa.

Jesús Prades, que espera en un banco a la sombra junto a su hijo a que su otro descendiente se vacune contra el coronavirus, es tajante: «Esta muy mal. Lo que tienen que hacer es mejorar la atención y garantizar que todos vamos a ser atendidos cuando lo necesitemos», dice bastón en mano. Su hijo, con el que comparte nombre, entiende los motivos que esgrimen desde el Departamento de Sanidad aunque cree que no justifica que se vaya a dificultar la Atención Continuada. «Entiendo y apruebo que tengan que mejorar la organización, pero nunca en detrimento del usuario», sentencia.

A Milagros Aragués, sentada en otro de los bancos del centro sanitario Actur Sur, nada le sorprende. «Estoy acostumbrada, por eso decidí recurrir a un seguro privado, porque no hacen más que recortar en la pública y dificultarnos el acceso a la Sanidad», comenta. Confiesa que le «molesta» esta situación y califica de «excusa» que desde Sanidad argumenten que no hay demanda. «Igual lo que hay que hacer es preguntarse por qué no la hay, porque nos están obligando a tirar de la privada, a tener que pagar para ser atendidos», manifiesta un tanto enfadada.

En este sentido, Jesús Jiménez aventura que lo que va a suceder con esta decisión es que se vuelva a recurrir a las Urgencias del hospital Miguel Servet. «Y se volverán a saturar», concluye.

Ana Teira añade otro de los problemas que se van a encontrar los usuarios. «Si yo me pongo mala ¿qué hago? Porque no tengo a nadie que me lleve hasta el Picarral (el centro que le tocaría, en su caso). Y cuando uno está enfermo lo que menos quiere es tener que cogerse un taxi e irse hasta otro barrio».