La normalidad comienza a calar en las calles, en los hogares, pero también en los negocios vinculados con el sector servicios. Y la hostelería y los bares son su mayor exponente. El camino todavía será largo para recuperar la vieja y añorada normalidad, pero esa meta cada vez está más cerca. La pasada medianoche se dio un paso más para la esperanza con la flexibilización de las medidas sanitarias para el sector de la hostelería que puede abrir hasta la una de la madrugada y cuenta con una baza siempre ganadora: el consumo en barra.

“En El Tubo acogemos estas medidas con ilusión porque es una zona en la cual una enorme cantidad de bares se dedican al tapeo y muchos tenían muy complicado subsistir sin el servicio de la barra”, comenta Augusto Forniés, gerente en el Blasón del Tubo. Porque hablando de subsistir, la gran mayoría de estos negocios se han visto con la soga al cuello desde el estadillo de la pandemia. “Hemos estado abiertos sin ser rentables, solo por continuar dando el mismo servicio a nuestros clientes”, continúa Forniés a la vez que confía en ir recuperando poco a poco la normalidad: “Con un poco de suerte, podremos ampliar nuestra plantilla de trabajadores si la facturación lo permite”.

La ilusión se va recuperando poco a poco en este punto neurálgico de la ciudad de Zaragoza. Vuelven los tintos y vuelven las conversaciones en las barras de los bares. Vuelve el verdadero ambiente de El Tubo. Silvia Rabadán, al otro de la barra en Siete Golpes, desprende optimismo: “Recibimos estas nuevas medidas con los brazos abiertos. Tal y como está evolucionando la situación, esperamos ir recuperando la normalidad progresivamente”. La llegada del consumo en barra era una de las principales demandas de los hosteleros: “Con el 100% de la barra podía dar servicio a casi 100 personas, ahora tan solo a 12. La diferencia es muy notable”.

Jóvenes consumiendo en pleno centro de la capital aragonesa esta mañana ANDREEA VORNICU

La flexibilización de estas medidas se debe a la mejora de la situación epidemiológica en Aragón, si bien es cierto que en los últimos días se ha revertido la tendencia con un aumento de contagios y una incidencia disparada entre la población joven. En los últimos días un 66% de los últimos contagios se concentran en los jóvenes entre 10 y 29 años.

Sin embargo, eso no parece empañar el estreno de las barras y durante este primer mediodía de la nueva etapa los bares comienzan a despertarse con la llegada de más clientes. Acompañando su tentempié con un fresquito vino blanco, Emilio Colomer y Alberto Falcón son críticos con las restricciones que se han llevado a cabo hasta el momento. Alberto Falcón no entiende “el acoso de la Policía Local hacia esta zona y pone como referencia de sentido común a la Comunidad de Madrid: “Es una vergüenza lo que ha hecho el Ayuntamiento de Zaragoza con el consumidor y el hostelero, a diferencia de Madrid”. Su compañero Colomer continúa por los mismos derroteros: “Es una estupidez y una sandez que estén las mesas pegadas a la barra”. Casi parafraseando al anterior, Carmen López, tampoco llega a comprender la prohibición del consumo en barra: “Es una tontería, puedo apoyar mi bebida sobre esta mesa que está pegada a la barra, pero no la puedo dejar sobre la barra”.

La disparidad de opiniones entre quienes frecuentan El Tubo es más que evidente. Degustando un delicioso torrezno en Alta Taberna de Soria, Antonio Ibáñez y Gloria Marco defienden las medidas adoptadas hasta el momento: “La gente debe asumir que la salud es lo más importante, por lo tanto las medidas eran más que lógicas en los momentos de picos de la pandemia”, comenta Ibáñez. Del mismo modo, su acompañante Marco es rotunda: “Ha quedado demostrado que es más importante el consumo que la salud”.

Quien mejor para conocer la dureza vivida en los centros hospitalarios que tres trabajadoras del Miguel Servet. María José, Esther y María disfrutan de una jornada de descanso en la plaza España. Las tres coinciden en la necesidad del “cumplimiento de todas las medidas” y hacen un llamamiento a la precaución.

Es evidente la disparidad de opiniones entre dueños, trabajadores y clientes. Pero si algo comparten todos ellos es la ilusión ante un final que se comienza a vislumbrar. Se continúa con la flexibilización de las medidas en la hostelería. Unida a la eliminación de la mascarilla al aire libre y la aceleración en el ritmo de vacunación, se comienza a enfilar la recta final. Ya no hay miedo, sino mucho respeto y precaución como han comentado todos los anteriores. Zaragoza recupera, poco a poco, su sello de identidad. Ya queda menos.

Reactivación del consumo y ampliación de aforos

La entrada de Aragón en el nivel 1 de alerta sanitaria no solo trae consigo la apertura de los bares hasta la una de la madrugada y la reactivación del consumo en la barra de dichos establecimientos. En comercios y hostelería, el aforo en el interior se amplía hasta el 75%, permitiendo reuniones de 10 personas (antes era un máximo de 6). En las terrazas, se sigue manteniendo el 100% del aforo con reuniones de hasta 15 personas (anteriormente, 10).

Respecto a las celebraciones (bodas, bautizos y comuniones), el aforo máximo será de 150 personas y se amplía también el aforo en las piscinas, gimnasios y lugares de culto hasta el 75% (antes era de un 50%). De momento, la celebración de fiestas, verbenas y eventos populares de este tipo se mantiene suspendida hasta el 31 de agosto.