Las obras de adecuación del Pabellón Puente de Zaragoza están a pocos meses de terminar. Antes de final de año estará en perfectas condiciones para reabrir sus puertas, aunque será entonces cuando la Fundación Ibercaja empiece a montar su espacio expográfico centrado en la experimentación y divulgación de la nueva movilidad. Habrá que esperar hasta la próxima primavera para que este icono arquitectónico de la Expo de 2008, diseñado por Zaha Hadid, sea inaugurado y lo hará como sede del Mobility City, después de llevar doce años cerrado y dos en obras.

La adecuación de su interior está llevando más tiempo del esperado. Primero se retrasó su inicio porque la licitación de una de las fases clave, la instalación del sistema de evacuación de humos y de los denominados exutorios, se quedó desierta hasta en dos ocasiones. Y después, la pandemia obligó a paralizar los trabajos durante varias semanas.

Por si fuera poco, la singularidad de este puente, de 9.550 metros cuadrados repartidos en tres plantas, ha dificultado, y mucho, las obras que se están desarrollando y que se resumen, a grosso modo, en el cerramiento del puente, su climatización y la instalación de un ambicioso proyecto de extinción y prevención de incendios. Además de toda la obra civil que ha exigido, como la construcción de los aseos, o la sustitución y reparación del suelo y del pladur de las paredes.

El aspecto de esta pasarela peatonal no ha cambiado, salvo por el polvo propio de las obras, y algún que otro cable colgando. La gran diferencia es que el aire ya no se cuela por cualquier rincón porque unos gigantescos ventanales cubren los miradores de sus laterales. Solo faltan por colocar las puertas de acceso que completarán el cierre de los dos extremos.

Fachada exterior del Pabellón Puente. ÁNGEL DE CASTRO

Una de las partes más complicadas ha sido el cerramiento del pabellón. Zaha Hadid diseñó un puente abierto por el que se colara el viento con miradores en sus laterales para observar el paso del Ebro y huecos triangulares para la ventilación en la zona de escamas. Una idea incompatible con el proyecto que quiere impulsar la Fundación Ibercaja.

Para estos balcones se han utilizado cristaleras que permiten aislar el espacio respetando las vistas y la luminosidad que proporcionan. Hasta 475 metros cuadrados de cerramiento que se completan con los 503 huecos triangulares en las escamas de diferentes dimensiones que se han cubierto con piezas de hormigón reforzado y fibras de vidrio (GRC) con distintas tonalidades para que no se vea alterada la fachada.

Singular y en movimiento

Hay que tener en cuenta que se está actuando sobre un puente, con un movimiento particular que provoca que la infraestructura sufra más de la cuenta. A esto se le añade que ha estado más de diez años cerrado, sufriendo las consecuencias del paso del tiempo que se han visto agravadas por estar a la intemperie.

Por sus grandes ventanales ha traspasado el agua, el viento y la suciedad que arrastra, acelerando la aparición de grietas tanto en el suelo como en las paredes de la pasarela peatonal, por lo que prácticamente la totalidad del suelo ha tenido que ser sustituido, unos 7.000 metros cuadros. También ha habido que reponer parte del pladur y pintar la infraestructura. «No solo por su aspecto, sino porque es ignífuga y protege la estructura del fuego», explican desde Expo Zaragoza Empresarial, que han trabajado de la mano del despacho de Zaha Hadid.

Todavía faltan por cerrar las puertas de acceso. ÁNGEL DE CASTRO

Ahora queda una de las partes más complicadas y ambiciosas: la evacuación de humos y la instalación de los denominados exutorios a lo largo de los 262 metros que mide el cuerpo central de la pasarela. Es decir, de los respiradores para evacuar el humo en caso de incendio.

Solo su estudio ha llevado más de un año. «Todo un reto», dicen desde Expo Zaragoza Empresarial. En la zona central del puente se han proyectado 14 exutorios con extracción sobre la fachada de escamas de GRC, y en la zona oeste se instalarán otros siete. En total, 21 aparatos que conformarán el sistema de extracción de humos y que ofrecerán desde el punto más desfavorable hasta 5 minutos y 30 segundos (dos minutos más en el caso de tratarse de personas con movilidad reducida) para abandonar el edificio.

Van a instalarse en la zona oeste de la fachada, entre las escamas, lo que ha dificultado todavía más las tareas ya que su diseño debía integrarse para salvaguardar el aspecto exterior del edificio. Su diseño ha sido muy complicado porque han tenido que hacerse simulaciones sobre su capacidad de evacuación y mediciones que permitan un tiempo de respuesta.

Las empresas adjudicataria de los respiradores, Colt España, instaló a principios de abril el primero de los exutorios y está previsto que la semana que viene se inicie el montaje del resto, tras someterlo a pruebas de estanqueidad y funcionamiento.

No se trata de una tarea sencilla porque se está trabajando sobre un río, por lo que la colocación de andamios es muy limitada y los operarios tienen que realizar trabajos verticales.

Todos los cerramientos han sido cerradas. ÁNGEL DE CASTRO

Además de los retoques, todavía queda parte de la obra civil. Por ejemplo, la zona de aseos están sin ejecutar, quedan partes del suelo pendientes de sustituir y cables por esconder bajo el pladur.

La entrega de llaves a la Fundación Ibercaja se hará a finales de este año, tras una inversión para el acondicionamiento del edificio de 3,3 millones de euros. Una vez hecho este traspaso, desde Ibercaja calculan que los trabajos que se acometan para crear el espacio expositivo se demorarán entre seis y ocho meses y que siendo «muy optimistas» la inauguración podría plantearse para la próxima primavera de 2022.