El nombramiento de Pilar Alegría como nueva ministra de Educación y Formación Profesional seguía generando reacciones este lunes desde diferentes instituciones. Como suele ocurrir al ser designado para un cargo de tal relevancia, las primeras palabras fueron de ánimo y felicitación. Habrá tiempo para la oposición y las críticas. La diana de los reproches fue el presidente Pedro Sánchez, que recibió ataques también desde Aragón por haber emprendido esta remodelación de Gobierno

Muy buenos deseos y muchas ganas de que haga olvidar a su antecesora, Isabel Celaá, en el caso de los más incisivos y, principalmente, de la oposición, del PP. Y pocas salidas de tono, que las hubo, como la de Mario Garcés, diputado oscense del PP en el Congreso, quien recriminó al presidente del Gobierno que eligiera la misma fecha para cambiar su Ejecutivo que la que ETA escogió para asesinar a Miguel Ángel Blanco, un 10 de julio. «Apoyado, entre otros, por EH Bildu. La dignidad se tiene o no se tiene. La dignidad no se remodela», afirmó en Twitter.

Pero más allá de estos comentarios en caliente (el tuit es del pasado sábado), este lunes muchos ya habían tenido tiempo incluso de pensarse la frase. Como la líder de Podemos en Aragón, Maru Díaz, que al menos en una convocatoria como consejera de Ciencia, Universidad y Sociedad del Conocimiento sí tuvo unas palabras para Alegría, las que su partido se negaba a ofrecer el día que fue nombrada. «Tenemos que asegurarnos de que los nuevos ministros asuman que el reto fundamental es la igualdad. En el caso concreto de Aragón creo que es una buena noticia tener una ministra aragonesa», expresó.

La cercanía de Azcón

Pero una de las opiniones que más llamó la atención fue la del alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, adversario político de Pilar Alegría en las últimas elecciones municipales en Zaragoza, donde ella ganó en las urnas pero no pudo conformar la mayoría suficiente para auparse con el bastón de mando que ahora ostenta el conservador por el acuerdo de PP y Ciudadanos, con el beneplácito de Vox.

Sus enfrentamientos, ya como delegada del Gobierno, también fueron sonados. Pero esta mañana parecían agua pasada. Azcón mostró su total confianza en que Alegría comience una nueva etapa en la que acabe con el «sectarismo», que a juicio del primer edil zaragozano, ha reinado en el ministerio en los últimos años con Isabel Celaá al frente.

El popular deseó «todo lo mejor» a la zaragozana tanto desde el punto de vista personal como en la «importante» cartera de Educación. A ello sumó que, en los últimos años, el Ministerio de Educación ha estado más centrado en la «confrontación» y en las «polémicas» que en la unión de todos los centros educativos, algo que deberá atajar en su mandato. En palabras del alcalde de Zaragoza, la educación es «lo suficientemente importante» para que no sirva para enfrentar a distintos sectores dentro de la misma. No en vano, Azcón ha protagonizado diversas campañas en contra de la ley Celaá y en defensa de la enseñanza concertada.

El portavoz de Cs en Educación, Carlos Trullén, se limitó a repetir los mensajes de la líder de su partido, Inés Arrimadas: «El problema de este Gobierno de España, no es Alegría, es Sánchez».

Pilar Alegría estuvo bien acompañada en su fecha política más importante, en Madrid y en las redes. La consejera de Ciudadanía del Gobierno de Aragón, Mariví Broto, fue la única representante del Ejecutivo aragonés en la visita a la capital de España. Broto le transmitió la «enhorabuena y la satisfacción de contar por primera vez con una ministra aragonesa», además de los deseos de alcanzar el «éxito» en la gestión de «un asunto crucial como es la educación».

Los subdelegados del Gobierno en Aragón acompañaron a Alegría en Madrid. El zaragozano, Fernando Beltrán, asumirá la Delegación del Gobierno en funciones, y también la subdelegada en Huesca, Silvia Salazar, arropó a la nueva ministra. Asimismo, los principales cargos de la Guardia Civil y de la Policía Nacional dieron su respaldo a la que hasta hace unas horas era la delegada del Gobierno. La institución celebró «con emoción» la toma de posesión de Alegría y las «horas de trabajo compartidas», y deseó a la nueva ministra de Educación «todos los aciertos en su nuevo desempeño».