Polémica zanjada o al menos por el momento. Después de la incertidumbre que acompañó al auto del Tribunal Superior de Justicia de Aragón de este lunes, cuando se suspendieron los aforos y horarios para la hostelería de la orden de Sanidad del pasado jueves, lo que imponía de facto las medidas de una fase dos sin flexibilizar (más restrictivas), los magistrados han reculado y admitieron este martes las alegaciones del Gobierno de Aragón, por lo que dicha norma sigue en vigor. Esto implica que los bares y restaurantes tendrán que cerrar a las 23.00 y el ocio nocturno a las 00.30. De la otra manera, con el primer auto de la Justicia, las discotecas no podían abrir y la hostelería tenía más impedimentos para funcionar, a pesar de que la intención era la contraria.

Así, con su nuevo auto, el tribunal rectifica y avala la tesis del Gobierno de Aragón. Los magistrados reconocen ahora que suspender la orden sanitaria del pasado jueves, que flexibilizaba las medidas recogidas en el decreto ley que imponía la fase 2, también publicado el jueves, lo que conseguía era endurecer las medidas para la hostelería, que era la parte interesada en el proceso pues fueron quienes recurrieron las nuevas restricciones anunciadas la semana pasada. Todo este conflicto se debe a que los niveles de alerta en Aragón se rigen por dos normas: un decreto ley, que impone las fases de alerta, y una orden sanitaria, que flexibiliza las medidas del decreto para hacerlas más permisivas «y minimizar el impacto económico» de las mismas.

Como el recurso interpuesto por los hosteleros iba contra la orden y no contra el decreto (este solo se puede apelar ante el Tribunal Constitucional), al aceptarlo el TSJA lo que se conseguía era eliminar la normativa que suavizaba la fase 2, cuando en el texto del auto lo que hacían los magistrados era avalar las tesis de la hostelería, al considerar que no hay relación entre el aumento de los contagios y la apertura de estos establecimientos.

Por ello, en el nuevo texto, el TSJA dice que «aun cuando parece que lo más lógico sería adoptar las medidas de modulación en el mismo instrumento legal en el que se acuerda la alerta […], lo cierto es que se ha procedido a plasmarlo en dos instrumentos». «No entraremos ahora en si la finalidad, con la declaración del estado de alerta 2 por medio de decreto ley, es eludir el control judicial, al ser norma de rango legal no impugnable directamente», añade el auto.

Asimismo, admiten los magistrados de lo Contencioso-Administrativo, la suspensión de la orden de Sanidad del pasado jueves no significaba, como pedían los hosteleros, la vuelta a la orden sanitaria previa, que establecía el cierre de la hostelería a la 1.00 y del ocio nocturno a las 3.00, dado que esa norma quedó derogada con la entrada en vigor del decreto ley de la fase 2.

Las consecuencias en la política

«La consecuencia de todo ello es clara –explican los magistrados­–, la medida cautelar (decretada el lunes) no supone la aplicación de la Orden SAN/753/2021, de 30 de junio, de declaración de alerta sanitaria 1, sino la aplicación del régimen de alerta 2, sin matiz alguno, más perjudicial para los recurrentes».

Por tanto, «y a fin de no perjudicar a los recurrentes ni a terceros, procede levantar la medida cautelar», zanja el nuevo escrito del TSJA.

Así, después de todo este embrollo jurídico, las medidas para la hostelería quedan de la siguiente manera, según informa el Gobierno de Aragón:

  • Ocio nocturno hasta las 00.30 (y acceso de nuevos clientes hasta las 00.00)
  • Restaurantes y bares hasta las 23.00
  • Prohibido el uso de las barras
  • Aforos interiores del 50%
  • Mesas de seis personas máximo dentro de los establecimientos
  • Aforo de las terrazas al 100% y mesas de hasta 10 personas

El terremoto judicial también ha tenido este martes sus réplicas en la esfera política. Antes de conocerse el auto del TSJA, el presidente Javier Lambán explicaba que la motivación de su Gobierno a la hora de presentar alegaciones era evitar que se impusieran las restricciones de la fase 2. Asimismo, el jefe del Ejecutivo aragonés recordó que, a diferencia de lo que ocurre en la comunidad, «en Valencia el toque de queda lo adopta el Gobierno y su Tribunal Superior de Justicia las aprueba». «Es una cuestión curiosa », dijo Lambán, escurriendo así una velada crítica a los magistrados.

Y desde el PP aragonés, su presidente, Luis María Beamonte, aprovechó la circunstancia para lanzar un dardo contra Lambán. «El auto del TSJA confirma una vez más la falta de planificación y la improvisación del Gobierno de Aragón en la gestión de la pandemia», dijo, sin tener muy en cuenta que el Tribunal ha avalado la tesis que defendía la DGA con respecto a la orden sanitaria anulada el lunes.

No obstante, en el propio auto los magistrados aclaran y justifican también que su decisión del lunes se tomó tras «una valoración de urgencia», si bien, al estudiar el asunto «con mayor profundidad» la decisión ha sido la contraria. 

La opinión de los epidemiólogos: «Hemos corrido demasiado»

En su auto del lunes, el Tribunal Superior de Justicia de Aragón desvinculaba, «apriorísticamente», los nuevos brotes surgidos en las últimas semanas con la flexibilización de las medidas para la hostelería y el ocio nocturno en Aragón. «Como es público y notorio, han sido los viajes de fin de bachillerato, así como las fiestas ligadas al fin de curso [...], las que han generado los nuevos brotes», decía el texto. Sin embargo, los expertos en el comportamiento de los virus no las tienen todas consigo a la hora de excluir a las discotecas de la comunidad de la ecuación de la sexta ola.

«Las actividades de riesgo aumentan la transmisión, eso es lógica», explica Nacho de Blas, profesor de Patología Animal de la Universidad de Zaragoza y epidemiólogo. «No hay evidencias científicas, porque para ello tendríamos que dejar la mitad de Zaragoza con restricciones y la otra mitad sin ellas para ver cómo evoluciona cada zona, pero sí que se pueden establecer relaciones entre la causa y el efecto. La semana pasada la hostelería estaba abierta y los casos subían, se pusieron limitaciones y han bajado. Es la única cosa que ha cambiado, la reducción de la actividad hostelera», explica el experto.

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En este sentido, De Blas opina que «como siempre hemos corrido demasiado» a la hora de flexibilizar las restricciones. «Todavía no hemos alcanzado la inmunidad de rebaño ni ese 70% y se están tomando medidas como sí ya hubiera pasado. Nos estamos adelantando», argumenta. Además, alerta el experto, ese 70% tendría que estar repartido y ser homogéneo entre los diferentes grupos de edad: «Nos venden que el 100% de la población mayor de 70 está inmunizada pero para que el rebaño funcione entre los más jóvenes también se tiene que superar el 70%», añade.

Así, en opinión de De Blas, se ha mandado un mensaje demasiado optimista sobre la vacunación y, además, cree que cuando se quitó la mascarilla obligatoria en exteriores («algo que nunca ha sido necesario desde el punto de vista de la ciencia») desde la Administración se tendría que haber insistido a la ciudadanía en que en interiores sigue siendo ya no obligatoria sino necesaria.