A pesar de que las duras consecuencias sanitarias, sociales y económicas que ha provocado la pandemia, las condiciones de vida de los aragoneses, sorprendentemente, no empeoraron el pasado año, al menos según los datos oficiales de la encuesta sobre la materia publicada ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La tasa de pobreza severa en la comunidad bajó en 2020 hasta el 1,7% de la población, unas 22.600 personas. El porcentaje es el más bajo de todas las comunidades autónomas y desciende algo más de medio punto respecto al 2,3% (unas 30.300 personas) registrado en 2019. De esta manera, 7.700 ciudadanos han dejado de pertenecer al colectivo con una situación de extrema necesidad.

Aragón es la única comunidad que ha conseguido reducir el indicador de pobreza, junto con Castilla-La Mancha (cae del 7,4% al 3,1%). Este comportamiento contrasta con lo ocurrido en el conjunto de España, donde sí se han disparado las dificultades en los hogares. La tasa se ha situado en el 7% a nivel nacional (cuatro veces más que en nuestra comunidad), muy por encima del 4,7% del año previo, tras un repunte del 50%. Supone además el dato más alto desde el 2014, según el estudio de condiciones de vida del INE.

Se considera que una persona está en situación de carencia material severa si vive en un hogar que no puede hacer frente a cuatro de los nueve elementos que recoge la lista de la estadística, como son afrontar gastos imprevistos por valor de 750 euros, irse de vacaciones una semana al año, mantener la vivienda con una temperatura adecuada, comer carne, pollo o pescado al menos cada dos días, sufrir retrasos en el pago de gastos básicos o disponer de automóvil, teléfono, televisor o lavadora.

Cifras mejores pero elevadas

El buen dato de Aragón sorprende teniendo en cuenta lo visto en las llamadas colas del hambre, que se han hecho más largas a causa del coronavirus. Este resultado podría ser consecuencia del escudo social sin precedentes que activó el Gobierno para hacer frente a las secuelas laborales y económicas de la pandemia, con medidas como el mecanismo de los ertes y el nuevo ingreso mínimo vital, entre otras muchas ayudas. Esto explicaría también que los datos nacionales no hayan sido peores aún teniendo en cuenta la magnitud de la crisis desatada por las restricciones y la paralización de actividades.

La pobreza energética afecta al 2,8% de la población, lo que supone el mejor dato desde 2012

Aragón mejora los números en la mayoría de indicadores sobre carencia material, aún así, algunos porcentajes son elevados al seguir coleando el fuerte de deterioro de las condiciones de vida que se produjo tras la gran recesión iniciada en 2008. Así, el 26% de sus habitantes no tenía capacidad para afrontar gastos imprevistos --el 35,4% en toda España-- frente al 27,6% de 2019. Y el porcentaje quienes no pueden permitirse una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días, decrece del 2,3% al 1,2%, la cifra más baja desde 2014.

Indicadores que retroceden

La conocida como pobreza energética, es decir, quienes no pueden permitirse tener la vivienda con una temperatura adecuada, también desciende de forma notable en la comunidad aragonesa. En esta situación se encuentra el 2,8% de la ciudadanía que viven en Zaragoza, Huesca y Teruel, la tasa más baja de todo el país y el mejor dato regional desde 2012. En 2009 afectaba al 4%, por lo que su incidencia se ha reducido un 30%. El descenso podría deberse en cierta medida a la expansión del bono social en los últimos años, que supone un descuento de entre el 25% y el 40% en la factura de la luz. Al cierre de 2020, más de 37.000 hogares de la comunidad estaban acogidos a esta tarifa rebajada frente a los 10.876 que había a finales de 2018. Esto se ha sido posible gracias a la reforma introducida en octubre del 2018 por la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que flexibilizó las condiciones y extendió los supuestos para poder acceder a esta ayuda, además de crear una apoyo complementario para el pago de la calefacción, el llamado bono térmico.

Hay otras variables en las que Aragón sí retrocede en la encuesta del INE. El porcentaje de los que no pueden salir de vacaciones al menos una semana sube casi cinco puntos, que pasa del 18,7% de 2009 al 23,6% del pasado año. También crece hasta casi el 5% (en concreto, el 4,9%) la proporción de personas que tuvo retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda principal (hipoteca o alquiler, recibos de gas, comunidad), frente al 3,8% del ejercicio anterior. No obstante, la tasa de la comunidad es también la menor de España en esta categoría.

Los datos de la comunidad contrastan con los de España, que ve disparar las dificultades de los hogares

Llegar a fin de mes es una odisea para el 5,5% de los aragoneses (unas 73.100 personas), que dice tener mucha dificultad para afrontar sus gastos. Este porcentaje sí sube con fuerza con respecto al 3,4% de 2019 y es el más alto desde el 6,5% de 2015. Sin embargo, la comunidad vuelve a marcar el mínimo de toda España en este indicador, que alcanza el 10% en la media nacional.

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Otros 93.000 aragoneses (el 7% del total, casi seis puntos menos a la mediana estatal) tienen una dificultad moderada para llegar a fin de mes, 3.300 menos que en 2009 y el mejor dato de una serie estadística que arranca en el año 2004.

1 / Uno de cada cuatro no puede irse de vacaciones

Casi uno de cada cuatro aragoneses (23.6%) no podrá irse este verano de vacaciones, pues no puede permitirse pagarse una semana fuera de su domicilio habitual, según la última encuesta de condiciones de vida del INE. La privación de un descanso fuera de casa ha crecido casi cinco puntos porcentuales en la comunidad respecto al 18,7% de 2019. En el conjunto de España la tasa llega al 34,4%, un punto más.

2 / El 76% tiene su vivienda en propiedad

El 76% de los hogares aragoneses --es decir, tres de cuatro-- tiene su vivienda en régimen de propiedad, frente al 78,3% de 2019, según la encuesta del INE. Este elevado porcentaje que variado muy poco en las últimas décadas, ni siquiera tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. La opción de vivir de alquiler sigue siendo minoritaria, con una tasas del 17,4% (a precio de mercado), por encima del año anterior (15,9%).

3 / Retrasos en los pagos básicos del hogar

La vivienda, tanto de alquiler como en propiedad, es una de las mayores preocupaciones para la población trabajadora. El 4,9% de los aragoneses reconoce haberse retrasado con alguno de los pagos habituales (hipoteca, arriendo o recibos como el gas) en los últimos 12 meses, aunque la cifra baja en relación a 2019 (3,8%). En España el porcentaje es del 10%, casi el doble que el año pasado.

4 / Casi el 3% no puede disponer de un automóvil

Las carencias materiales de los hogares llegan hasta el punto de poder permitirse disponer de un coche por falta de recursos económicos suficientes. En esta situación se encontraba en 2020 el 2,7% de la población aragonesa (el 4,2% en toda España), según los datos del INE. La cifra baja notablemente respecto al 4,1% de 2019. Otro 4,2% no puede disponer de un ordenador personal.