La Generalitat de Cataluña ha decretado el toque de queda en 161 municipios, entre ellos Salou y Cambrils, dos de los principales destinos de vacaciones de los aragoneses. El confinamiento será desde la una hasta las seis de la madrugada. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha autorizado esta medida ante el repunte de casos a consecuencia de la variante delta del coronavirus.

La duración de la medida se establece hasta las 00.00 horas del día 23 de julio de 2021, «pero vuelve a ser un grito a voces [...] que la duración real en atención al dislate de los resultados epidemiológicos puede ser hasta de dos o tres semanas», recalca el alto tribunal catalán.

 «El confinamiento nocturno ha sido avalado. Es una medida difícil pero necesaria para frenar los contagios, proteger vidas y el sistema sanitario. Entrará en vigor esta noche. Entre todos, tumbaremos la curva de covid», afirmó ayer el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en un mensaje en su cuenta personal de Twitter. En concreto, el toque de queda afecta a los municipios de más de 5.000 habitantes con una incidencia acumulada igual o superior a 400 casos por cada 100.000 habitantes durante la última semana.

Entre las 161 poblaciones se encuentran varios enclaves de la Costa Dorada cumplen los requisitos establecidos por la Generalitat para establecer en estos municipios costeros el confinamiento nocturno avalado por el alto tribunal catalán.

Salou, con una incidencia acumulada en los últimos siete días de 1.047 casos, es la localidad de la Costa Dorada con más casos por cada 100.000 habitantes, y la segunda con peor situación epidemiológica de Cataluña.

Rosa Bonet, encargada del Restaurante Aragón, en Salou, se encuentra muy molesta con la nueva medida adoptada por el gobierno catalán. «Al sector de la hostelería nos ha sentado muy mal esta noticia, porque la culpa no es nuestra», asegura. Cree que son «los jóvenes» los que han provocado esta fatal situación a consecuencia de los botellones en las calles « a todas horas». En su restaurante, al que acuden muchos aragoneses, tendrán que ajustar el horario de cierre para adaptarse al confinamiento nocturno. «En este sentido, las cenas las tendremos que servir antes y mis empleados tendrán que apurar para tener todo recogido a tiempo», señala.

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Alfredo Losada, un zaragozano que se encuentra veraneando con su familia en Cambrils, ha notado que la gente está más atemorizada por el incremento de casos. «Veo muchas más mascarillas puestas que hace unos días», afirma. Salou y Cambrils tendrán que hacer frente a un toque de queda que amenaza con alteara su actividad económica.