El complejo Sella, uno de los emblemas de la hostelería aragonesa que llevaba ocho años cerrado, volverá pronto a abrir sus puertas. Lo hará tras el verano con una renovada propuesta de gastronomía, ocio y espacios sociales, así como unas instalaciones completamente renovadas. El establecimiento, que atesora 50 años de historia, cuenta con más de 10.000 metros cuadrados y está ubicado en Villanueva de Gállego, a 15 kilómetros de Zaragoza. Su reapertura llega de la mano del empresario aragonés, Fernando Samper, fundador de la pujantes compañía de energías renovables Forestalia, que se hizo con su propiedad hace tres años.
El Hábitat Sella, su nueva denominación, está concebido como un gran espacio de ocio y tiempo libre, según explicaron sus impulsores. El remozado complejo engloba varias haciendas independientes entre sí, el restaurante-bar El Mirador, un foro multiusos y la discoteca Heaven. Con todos estos elementos, ofrecerá todo un mundo de posibilidades para la gastronomía de calidad, adaptada a cualquier necesidad de espacio, privacidad y tipo de evento, tanto al aire libre, en grandes zonas ajardinadas, como en sus once salones y reservados de distinta capacidad.
El proyecto surge sobre la base de más de medio siglo de experiencia del antiguo Restaurante Sella, todo un referente en la organización de grandes banquetes y recordado por muchos por acoger numerosas celebraciones de graduaciones universitarias. Los espacios han sido totalmente renovados tras varios años de trabajos de profunda remodelación.
Los anterior propietarios (la familia Rodríguez Teresa) cerró el complejo en julio de 2013, unos meses después de presentar un concurso voluntario de acreedores con una deuda de 2,5 millones de euros. La crisis económica de 2008 y los efectos en el consumo fueron las causas aducidas en la quiebra. Fernando Samper se adjudicó este importante activo en el verano de 2018 gracias a un acuerdo alcanzado con los cuatro bancos acreedores.
El nuevo establecimiento ofrece soluciones a la medida de cualquier momento y ocasión, desde el almuerzo diario y las comidas de empresa, el brunch, cocktails, cenas, encuentros familiares, actos corporativos, hasta banquetes, convenciones y congresos de gran formato.
El hórreo, fuentes y jardines
La renovación de las instalaciones ha incluido la recuperación, como símbolo ornamental central, de su emblemático hórreo, construcción que da la bienvenida en un gran jardín sobre el que girará la oferta gastronómica diaria, con menú, carta, tapas, raciones y servicio de bar, en ambientes tanto de salones interiores como de chill out al aire libre.
Este espacio exterior estará ambientado con palmeras, fuentes iluminadas, pérgolas y barras donde tomar algo, con una sonorización cuidada para crear una atmósfera envolvente. Los once salones tienen capacidades diversas, que van desde una veintena de personas a los 625 asistentes. Unas instalaciones equipadas con los recursos técnicos precisos para acoger los eventos que se requieran, con la separación de espacios y privacidad óptimas para cada ocasión.
Sus grandes cocinas están preparadas para ofrecer un servicio de preparación de comida a domicilio y de catering para eventos que se organicen en otros espacios. A ello suma una valiosa bodega-comedor, otra de las grandes sorpresas del complejo.
