Cañada de Benatanduz, en Teruel, ha pasado de 642 habitantes en el año 1900 a solo 33 en 2020, perdiendo el 94,85% de sus vecinos en esos 120 años. Hoy, su población se concentra en la franja de edad que va de los 40 a los 100 años, con una marcada ausencia de gente joven.

Existen otros municipios aragoneses más grandes en los que el efecto de la despoblación ha sido más silencioso, no por ello menos dañino. Es el caso de Albalate del Arzobispo, también en la provincia turolense, que ha perdido en un siglo más de la mitad de sus habitantes: de 4.291 a 1.972. De nuevo, con un marcado descenso de la población joven. Monegrillo, en Zaragoza, también ronda tese porcentaje, pasando de 824 a 394.

Estos son solo tres ejemplos de la evolución de los 521 municipios de Aragón con menos de 10 habitantes por kilómetro cuadrado, y que Jorge Aznar se encarga de estudiar, recopilar en el proyecto la Casa Caída y publicar, municipio por municipio, desde 2019 en Twitter. Se trata de pueblos que están por debajo del conocido como umbral de desierto demográfico.

Lo saben de primera mano los 40 habitantes de Valle de Bardají, Huesca, reducto de los 221 del año 1900. También los municipios oscenses de Biscarrués, que ha pasado de 810 a 182, y de Laspuña, de 510 a 297.

Casa Caída es un proyecto que trata la despoblación a través de las redes TWITTER

Esta iniciativa arrancó en 2019 para difundir los datos de un problema que afecta a Aragón desde hace décadas, y, en concreto, a ese más de medio millar de pueblos "desérticos". Trabaja siempre comparando las cifras de población de 1900 y 2020 a través de gráficas por grupos de edad, evolución demográfica de cada lugar y del global de la provincia.

Comenzó con una página web y ahora también cuenta con un bot en Twitter (@casacaida). Su creador pensó "en esta red social como el portal para mostrar, desde el punto de vista objetivo de los datos, la realidad del medio rural aragonés". Las redes sociales suponen, según Jorge, "un nuevo altavoz para el problema de la despoblación".

Es consciente de la situación que viven los pueblos de nuestra comunidad. No en vano, ha pasado tiempo en Lécera y Magallón, los pueblos de sus abuelos en la provincia de Zaragoza. Recuerda también cómo, de niño, "no comprendía encontrar localidades vacías cuando subía en coche al Pirineo". Una experiencia que de la infancia que le ha llevado a investigar sobre este tema.

Los problemas a través de los datos

Almohaja, en Teruel, con 1,14 habitantes por kilómetro cuadrado, es uno de los puntos de Aragón que más porcentaje de población perdió durante la pasada década (2010-2020), pasando de 29 a 14 habitantes. Existen ejemplos de esperanza a pequeña escala como Allueva, en la comarca del Jiloca, que vio crecer su número de habitantes de 15 a 24, un 60%.

Campo, en la comarca oscense de la Ribagorza, es un caso llamativo. Entre 2019 y 2020, su población aumentó casi un 60%, de 278 a 463 habitantes. En este periodo, el ya mencionado Valle de Bardají, Valle de Lierp, Torrente de Cinca y Torralba de Aragón, todos en la provincia de Huesca, se encuentran entre los pueblos que más crecieron, dentro de los parámetros que abarca Casa Caída.

Pese a todo, la comunidad aragonesa es la cuarta por la cola en densidad de población de España, solo por delante de Castilla y León, Castilla La Mancha y Extremadura.

Jorge Aznar es informático y trabaja creando visualizaciones de datos. Forma parte del proyecto Populate, que se define como una herramienta para la "implicación cívica" y la transparencia.

Ha participado en otros programas para reflejar distintos problemas a través de los datos. Dos ejemplos son Vulturno, para el cambio climático, y Demasiadas, para la violencia de género.