El habitual parón veraniego de la política aragonesa se abre paso a trompicones, entre los líos internos del PP, el PAR y Ciudadanos, principalmente, pero también con cuestiones abiertas en Podemos, y con los procesos congresuales por dirimir en IU y el PSOE, con nuevos liderazgos emergentes con el nombramiento de Pilar Alegría como ministra de Educación. La política aragonesa afronta unos meses de julio y agosto de relativa calma antes de que septiembre traiga la vuelta al cole y los congresos del PAR, PSOE, IU y Partido Popular. Un otoño que se dibuja decisivo de cara a las elecciones autonómicas y municipales de 2023. Antes, los líderes políticos aragoneses pasarán sus vacaciones entre sus pueblos, escapadas por la comunidad autónoma o al Mediterráneo. El presidente aragonés, Javier Lambán, no tiene prevista ninguna salida porque sigue en tratamiento, según informaron fuentes oficiales.

El PP de Aragón se sacude los distintos fuegos --o conatos-- que rodean al PP de Zaragoza, con las críticas de decenas de alcaldes y concejales de las Cinco Villas al presidente, Ramón Celma, por su «abandono» del territorio; y con el acto de conciliación fechado para el 10 de septiembre después de que el exdiputado Sebastián Contín denunciara al diputado nacional por Zaragoza, Pedro Navarro, por un presunto delito de injurias y calumnias. En septiembre celebrarán su Escuela de Verano Antonio Torres y la Intermunicipal con los alcaldes de las tres provincias, antes de convocar el congreso del PP de Aragón, que llegará en el último trimestre del año con la incógnita todavía de si Luis María Beamonte seguirá liderando a los conservadores, o si se producirá un cambio de ciclo con nuevos rostros al frente.

El PAR celebrará su congreso los días 23 y 24 de octubre, donde se dirimirá si Arturo Aliaga sigue dirigiendo la formación o si le ganan la batalla los críticos. Es, de lejos, el partido que más discrepancias internas ha aireado en un año y medio en el que la política estaba centrada en atajar la pandemia. Previsiblemente los críticos, como el expresidente José Ángel Biel, y destacados cargos como la portavoz de la DPT, Berta Zapater (que selló un pacto con Cs en la institución provincial sin contar con el partido) y la exdirectora general, Marina Sevilla (que llegó a demandar a la dirección para que se convocara el máximo órgano de decisión del PAR), plantearán una alternativa.

Lambán y Alegría con Pedro Sánchez, en las elecciones de Zaragoza. | CHUS MARCHADOR

Los socialistas andan inmersos, por ahora, en la preparación del 40º Congreso Federal, al que seguirá la cita regional, antes de que acabe el año, en una fecha todavía por concretar. Aunque las fuentes consultadas aseguran que si el presidente aragonés y secretario general del PSOE, Javier Lambán, da un paso al frente no tendrá rival, la elección de Pilar Alegría como ministra de Educación deja también claro cuál es la apuesta de Ferraz para la comunidad.

Ni unos ni otros han confirmado si presentarán candidatura. Pero ante las voces de su partido que reconocían el liderazgo de Alegría en Madrid, Lambán auguró «previsibilidad» y «normalidad» en el proceso. Aseguró que el partido está «más cohesionado que nunca» e hizo gala de la «estabilidad política y social» que garantiza el cuatripartito que él dirige. Pero en cada decisión del Gobierno central queda patente que su apuesta no es el PSOE de Lambán, sino el del Alto Aragón.

También Izquierda Unida ha iniciado la elaboración de documentos para la XIII Asamblea Regional, que abordará necesariamente el escenario de la confluencia con Podemos para las próximas citas con las urnas. Un asunto en el que ambas formaciones ya trabajan desde hace meses, y que discurre en la línea de lo exigido por las direcciones federales de ambos partidos. También está por ver, en el ámbito de la izquierda, qué papel jugará Zaragoza en Común en esta confluencia de fuerzas, y si finalmente esta se produce.

Y queda por desvelar, este verano, quién sustituirá a la diputada dimitida, Erika Sanz. Ciudadanos Aragón llegará al próximo curso con un acusado desgaste, no solo por la fallida moción de Murcia a escala nacional, sino por las renuncias en Aragón, como la de la concejala de Tarazona, que deja al PP en minoría en el ayuntamiento; o el coqueteo del partido con el PAR en la Diputación Provincial de Teruel, que disgustó a cargos y militantes que no fueron consultados. Fuentes del partido manifestaron que en el nuevo curso político serán «muy exigentes» para «desatascar» los asuntos pendientes tras la pandemia. Por su parte, CHA y Vox vivirán un otoño sin procesos congresuales a la vista, pero todavía con la elección de candidatos para 2023 pendiente.