Con 93 años de historia, la estación de Candanchú es una de las pioneras en Aragón y en España. Los primeros esquiadores bajaron por sus laderas en 1928, y casi un siglo después, la estación atraviesa por uno de sus momentos más oscuros. La propiedad, Ibernieve, anunció el viernes que no abrirá en invierno. Y con su anuncio la incertidumbre se apodera de todo el valle del Aragón, que vive en al menos en un 50% gracias al motor económico de la estación de la mariquita roja.

Con más de 50 kilómetros esquiables, 51 pistas y 24 remontes, ha sido en los últimos años la estación fetiche para los amantes de la nieve que se calzaban por primera vez unos esquís. Destino habitual de los grupos de jóvenes participantes en la Semana Blanca y, también, estación elegida para la formación de militares en alta montaña.

En su carta de presentación ante el mundo, Candanchú se define como «la estación más alpina del Pirineo, de montes escarpados y picos agrestes». A la sombra del Pico del Aspe (de 2.645 metros de altitud), la estación se extiende hasta el límite de la frontera con Francia. Desde la Tuca Blanca (a 2400 metros), el «techo de la estación», hasta la zona del Tobazo bajo (a 1.530 metros), con accesos fáciles para esas pistas baby donde confluyen las primeras ilusiones de deslizarse con las maderas. Desde sus cumbres, se divisan los valles del Aragón, el circo de Rioseta y Tortiellas, el vecino valle del Aspe en Francia y algún que otro tresmil, como el Balaitus. En la retina de los amantes del deporte blanco, siguen todavía las Universiadas de Candanchú con las pruebas de alpino, nórdico y biathlón.

A 28 kilómetros de Jaca, a 11 de Canfranc y rozando la frontera francesa, Candanchú ha sido durante décadas el destino preferente para los deportistas del Norte de España y la zona de Pau, en Francia. Pero los habitantes y empresarios de la zona miran a la estación con sentimiento agridulce. La última propiedad, aseguran, no ha invertido en las instalaciones todo lo que debería. Los problemas económicos ya aquejaron a la anterior propiedad. Pero el aviso de cierre enciende las alarmas.