Cuando Simone Biles puso por delante su salud mental a la competición en estos Juegos Olímpicos de Tokio, su decisión se interpretó por muchos como una noticia más que podría ayudar a romper el tabú de la salud mental entre los jóvenes. Lo que algunos expertos llaman la epidemia silenciosa que seguirá a la del coronavirus. Hace cinco meses, el Gobierno de Aragón puso en marcha un proyecto piloto de asesoría emocional para jóvenes para atajar las posibles consecuencias de la pandemia en la salud mental de los jóvenes. Cinco meses después, se han realizado 155 atenciones a más de 60 personas de entre 14 y 30 años que, principalmente, presentan síntomas de estrés, ansiedad, dificultad para dormir o para recuperar las relaciones interpersonales tras el confinamiento por el covid. La demanda se ha demostrado "real", por lo que el Departamento de Ciudadanía ampliará el servicio en septiembre con dos psicólogas más, aumentando la plantilla a cuatro profesionales en total.

La consejera de Ciudadanía y Derechos Sociales del Gobierno de Aragón, María Victoria Broto, ha señalado que se ha constatado que era "un servicio necesario y demandado, y lo que queremos es apostar por el bienestar de la juventud aragonesa". Según han explicado hoy las responsables de la iniciativa, la jefa de Servicio de Programas y Prestaciones del IAJ, Leyre Martín, y una de las psicólogas de la asesoría, Laura Rato, las razones que han motivado las intervenciones están relacionados, sobre todo, con «la ansiedad, las relaciones interpersonales, los problemas académicos y laborales, la apatía y la tristeza». 

"Las dificultades emocionales de los adolescentes y jóvenes son una realidad que hay que estudiar, atender y, por tanto, ofrecer una adecuada respuesta; si a esto le añadimos la situación crítica y difícil generada como consecuencia de la pandemia de coronavirus, desde el departamento, a través del Instituto Aragonés de la Juventud (IAJ), se consideró muy necesario lanzar dicho servicio", ha manifestado Broto. La puesta en marcha del sistema de asesoría demostró, como se preveía antes de iniciarlo, que es una actividad "necesaria" y con una "elevada demanda". 

Por eso, después de destinar 15.000 euros para impulsar el proyecto de forma externalizada, el próximo mes se ampliará el servicio con personal propio del departamento. "Creemos necesario prestar la mejor atención y a la mayor brevedad y, con el recorrido de estos meses, vemos necesario que en septiembre se incorporen al servicio dos psicólogas más, por lo que quedará integrado por cuatro profesionales".

Servicio gratuito

La jefa de Servicio de Programas y Prestaciones del IAJ, Leyre Martín, ha señalado que "ya tenían pensada la puesta en marcha de este servicio", que se vio acelerada por los efectos en la salud emocional de los jóvenes que ha tenido la pandemia y el confinamiento estricto. El servicio comenzó con dos sesiones semanales, ha señalado Martín, pero "hay que adaptarse a la demanda, por lo que en septiembre pasaremos de 15 horas semanales a 23, y de dos sesiones los lunes y martes, a cuatro, los lunes, martes, miércoles y viernes". "El IAJ tiene que estar a lo que los jóvenes nos piden. Y tenemos que recordar que este es un servicio profesionalizado y gratuito", ha subrayado.

La psicóloga Laura Rato ha recordado que "la pandemia ha obligado a restringir contactos sociales y eso ha supuesto una interrupción en el desarrollo y establecimiento de habilidades sociales para algunos adolescentes". En este sentido, las "relaciones interpersonales" son una de las principales causas de consulta, que se ven agravadas cuando el adolescente o el joven ya presentaba "timidez o ansiedad social" previamente. La incertidumbre laboral es motivo de consulta.

Apoyo familiar

El servicio de asesoría emocional se ofrece de forma presencial en la sede del Instituto Aragonés de la Juventud (ubicado en el número 4 de la calle Franco y López de Zaragoza) y a través del correo electrónico (asesoriabienestaremocional@aragon.es) y las consultas telefónicas (976 71 68 47) y también se destina a familias. En los primeros meses de esta iniciativa, sus responsables han comprobado que "suelen ser las madres quienes o bien solicitan la cita para su hijo o hija o bien acuden a acompañarles en su cita presencial". 

En el servicio, además, se hace una valoración de la situación familiar y se ofrece orientación y apoyo a cualquier necesidad que tengan los padres y que pueda revertir positivamente en el estado de su hijo. Esto se suele hacer por teléfono o durante la propia cita.

El número de sesiones que debe tener cada joven depende de un criterio clínico y sanitario y se valora según el caso. También desde este mismo servicio se derivan los usuarios a otros, de psiquiatría o de asesoría laboral, en función de las necesidades. La consejera de Ciudadanía y Derechos Sociales ha segurado que este servicio se tendrá en cuenta para su inclusión en los presupuestos de 2022 en la comunidad. "Tendremos en cuenta la continuidad del proyecto con recursos propios", ha señalado.

Chicos y chicas de 18 a 22 años, los que más lo demandan

El perfil de los usuarios de este recién creado servicio en el Instituto Aragonés de la Juventud está bastante definido. Las consultas se reparten a partes iguales entre chicos y chicas, pero son los que tienen edades comprendidas entre los 18 y los 22 años los que más solicitan la asesoría emocional. Se ha detectado una menor demanda en los jóvenes de mayor edad (la iniciativa ofrece atención para personas de 14 a 30 años). Asimismo, abundan las consultas por ansiedad, estrés, dificultad para dormir, y por complicaciones para retomar las relaciones sociales e interpersonales después de la pandemia.

También se ha detectado otro perfil de usuarios, aquellos jóvenes que intentan incorporarse al mundo laboral y que, a las dificultades habituales, se añaden las consecuencias de la pandemia del coronavirus.

La asesoría emocional no solo se dirige a los jóvenes, sino también a sus familias. De hecho, son muchas veces las madres las que dan el primer paso para acceder a este servicio con sus hijos o hijas, aunque los usuarios prefieren ser atendidos en privado.