El Ayuntamiento de Morata de Jalón denunció ayer que se ha producido un vertido contaminante en el río Grío procedente de la tuneladora que perfora la derivación que debe suministrar agua al embalse de Mularroya, cuyas obras fueron declaradas nulas por la Audiencia Nacional en abril pasado por incumplir la normativa marco europea sobre masas de agua.

El vertido ha teñido de rojo las aguas del Grío en un tramo del río y está afectando negativamente a la fauna piscícola y a distintos tipos de aves, como garzas, fochas y patos.

En un comunicado elaborado por el ayuntamiento expresa sus dudas sobre la legalidad del vertido, dado que ignora si cumple las condiciones establecidas en la autorización que fija la autorización para un vertido temporal y anual de 16.800 metros cúbicos al año (otras fuentes hablan de 116.800 metros cúbicos) que ha de ser derivado al río previo tratamiento.

En un documento remitido por el consistorio a la DGA se pide a las autoridades que informen sobre el contenido de la normativa y las condiciones, así como que se recabe información a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y se realicen visitas de inspección.

Restos de cemento y sedimentos ferruginosos

Al parecer, el vertido efectuado contiene restos de cemento así como sedimentos de minerales ferruginosos, lo que ha dado al agua un característico tono rojizo que ha provocado la natural alarma en los pueblos ribereños del Grío.

El vertido fue objeto de una solicitud de la UTE Mularroya, que construye la presa del embalse, pero el efluente ha de llegar al cauce debidamente depurado al objeto de minimizar su impacto.

En la actualidad, las obras de Mularroya están pendientes de los recursos presentados ante el Tribunal Supremo después de que la Audiencia Nacional resolviera que el proyecto no cumple la legalidad en materia medioambiental. La UTE, los regantes del Jalón y el Ministerio de Medio Ambiente impugnaron la decisión, pero su reclamación todavía no ha sido admitida a trámite.

El órgano judicial falló a favor de Jalón Vivo, una entidad ecologista que defiende los intereses de las localidades ribereñas y la preservación del entorno tanto en el río Grío como en el Jalón, del que el primero es afluente.