La Confederación Hidográfica del Ebro (CHE) ha reconocido un vertido en el río Grío procedente de las obras del pantano de Mularroya que no ha sido tratado «de manera óptima y de acuerdo a lo previsto en el proyecto». Fuentes oficiales del organismo de la cuenca admitieron la «incidencia» denunciada por el Ayuntamiento de Morata de Jalón, que ha teñido de rojo las aguas del río Grío, aunque consideran que se trata de una afección «puntual».

Las mismas fuentes de la CHE aseguraron que se debe a «la aparición de una bolsa de agua imprevista a esa cota» que ha producido «un incremento de la cantidad y calidad del vertido que no se había calculado». Algo, señalaron los ecologistas de la organización Jalón Vivo, que debía haberse analizado antes de iniciar el túnel, y calificaron de «insuficiente» el estudio realizado en los acuíferos, que consideran que no cubre todas las zonas afectadas por el túnel.

El consistorio de Morata de Jalón, término municipal donde se estaba produciendo el vertido al río, denunció la situación una semana después de tener constancia del vertido. Fuentes del Departamento de Agricultura y Medio Ambiente, que dirige el consejero Joaquín Olona, afirmaron que «el control de la calidad de las masas de agua corresponde la CHE» y declinaron valorar la situación. La organización ecologista Jalón Vivo, contraria al pantano de Mularroya, calificó este incumplimiento como «una más de las ilegalidades que desde el inicio rodean al proyecto». Esta redacción trató de contactar con la Unión Temporal de Empresas que ejecuta Mularroya, sin éxito.

El consistorio moratino denunció anteayer que se había producido un «vertido contaminante en el río Grío» procedente de la tuneladora que perfora la derivación que debe suministrar agua al embalse de Mularroya, cuyas obras fueron declaradas nulas por la Audiencia Nacional en abril pasado por incumplir la normativa marco europea sobre masas de agua. El ayuntamiento expresó sus dudas sobre la legalidad del vertido, dado que ignora si cumple las condiciones establecidas en la autorización que fija un vertido temporal y anual de 16.800 metros cúbicos al año (otras fuentes hablan de 116.800 metros cúbicos) que ha de ser derivado al río previo tratamiento.

El alcalde de la localidad, Luis Velilla (Ganar Morata en Común), manifestó que, tras reunirse con todas las partes implicadas en el proyecto, reclamó «información» ya que considera que «lo que ponía en el acuerdo que se tenía que hacer con el vertido era otra cosa». Además, ya avanzó que «si no se informa sobre cuál es la situación o se incumple lo establecido en el proyecto, presentaremos una denuncia formal». «La CHE establece lo que se tenía que hacer con el vertido, que no es precisamente verter directamente al río, así que pedimos explicaciones porque en nuestro término municipal queremos saber que el agua está bien», subrayó.

Desde la organización ecologista Jalón Vivo, contraria al pantano, denunciaron que el vertido efectuado contendría «restos de cemento, disolventes, grasas, todo sin depurar», por lo que reclamaron que se detengan las obras o se baje el ritmo y exigieron «hacer una depuradora más grande para que pueda asumir todo el vertido», señaló Manuel Mercado, de la organización. La propia CHE anunció que en la próxima semana se aumentará la capacidad de depuración de la estación.

Desde la CHE recordaron que el vertido está «autorizado» y que para su tratamiento «se dispone de una depuradora sobredimensionada respecto de lo esperable dada la geología del túnel». Sin embargo, la aparición de una «bolsa de agua imprevista a esa cota», según el organismo de cuenca, habría producido «un incremento de la cantidad y calidad del vertido que no se había calculado y que hace que la depuradora no sea capaz de tratar de manera óptima y de acuerdo a lo previsto en el proyecto».

Una situación que «se estima que sea un incidente puntual», pero que continúa analizándose después de la toma de muestras realizada ayer en el cauce del río. Para los ecologistas, la «aparición de una bolsa de agua imprevista» responde a la «falta de estudios contundentes al respecto», señaló Mercado.

"Materia en suspensión"

Según los primeros análisis de los que disponía la CHE hasta ayer por la tarde, se considera que «lo que arrastra este vertido es fundamentalmente materia en suspensión, que se mide en forma de turbidez debido a las tierras arcillosas arrastradas que la depuradora no es capaz de decantar en su totalidad». Aún así, esta información deberá ser contrastada con el análisis más exhaustivo de las muestras tomadas ayer.

En la misma línea, informaron desde el organismo de cuenca, «los resultados de análisis realizados in situ (ayer) no han detectado valores de pH anormales ni de otros parámetros, ni se puede confirmar la presencia de hierro (de la que se había alertado desde el consistorio), que por otro lado no está considerado como sustancia peligrosa por su toxicidad», indicaron.

Desde la CHE subrayaron que «todo el vertido ha sido derivado a la depuradora, que elimina una parte de esta turbidez», aunque reconocieron que «no alcanza los resultados deseables en estos momentos». Además, aludieron a que el punto de vertido se ubica en la cola del embalse, «una zona presumiblemente y suficientemente alejada de la que se encontrarían las garzas, lo que hace que la materia en suspensión pueda ir decantándose a lo largo del recorrido del embalse, de unos 7 km, sin que se alcance zonas especialmente sensibles, teniendo en cuenta también que el río Grío lleva, dadas las fechas, escaso caudal, por lo que no es previsible un deterioro de su estado ecológico». Pese a todo, anunciaron que la semana próxima se incrementará la capacidad de decantación de la depuradora actual para solucionar a esta incidencia y otros imprevistos.

Desde Jalón Vivo aseguraron que esta es «una más de las ilegalidades que caracteriza esta obra» y denunciaron la posible afección a la fauna «como los patos, las fochas y las garzas, o los barbos». «Una obra que no se planeó adecuadamente, lo dice el Supremo por dos veces, y que se vuelve a demostrar ahora», denunció Mercado.

Una obra conflictiva

En la actualidad, las obras del pantano de Mularroya están pendientes de los recursos presentados ante el Tribunal Supremo después de que la Audiencia Nacional resolviera que el proyecto no cumple la legalidad en materia medioambiental. La Unión Temporal de Empresas, los regantes del Jalón y el Ministerio de Medio Ambiente impugnaron la decisión, pero su reclamación todavía no ha sido admitida a trámite.

El órgano judicial falló a favor de Jalón Vivo, una entidad ecologista que defiende los intereses de las localidades ribereñas y la preservación del entorno tanto en el río Grío como en el Jalón, del que el primero es afluente.

La ejecución del pantano de Mularroya es una de las llamadas «discrepancias pactadas» dentro del Gobierno cuatripartito, con posturas divergentes entre los cuatro socios.

Por un lado, el PSOE y el PAR, se muestran a favor del embalse y del recurso ante el Supremo, mientras Podemos y CHA se han mostrado contrarios a esta obra hidráulica y han pedido que se cumplan las sentencias que la declaran nula por incumplir la normativa europea.