El coronavirus entró en la vida de los aragoneses un 4 de marzo del año pasado con el primer positivo; y como un torbellino ha ido arrasando en unos casos y modificando en otros la vida de los aragoneses durante estos 17 meses. En este tiempo hemos hablado con términos como SARS-CoV-2, variante delta, covid, inmunización, sexta ola... y conocido marcas farmacéuticas como nunca. Y es que desde que comenzó la pandemia 152.007 personas han contraído el coronavirus (más del 10% de la población), ha matado a 3.609 personas según el portal de Transparencia del Gobierno de Aragón, y teniendo en cuenta que los contagios siguen a día de hoy y el seguimiento de los casos positivos y de los contactos directos, la enfermedad ha marcado la vida de casi el 80% de los aragoneses, si no en carne propia sí a «alguien muy cercano», asegura Javier Marzo, responsable de Atención Primaria del Gobierno de Aragón.

En estos momentos la comunidad está inmersa en la sexta ola que se inició el 1 de julio con un «explosivo» aumento de casos, según han repetido en varias ocasiones desde Sanidad; y ahora en «fase de descenso del pico» tanto en Atención Primaria como en los hospitales, asegura Marzo, pero sobre todo en el primer ámbito porque hasta que no pasan diez días no se nota en el «sistema hospitalario».

La presión en los centros de Salud sigue en descenso pero aún están tensionados, ya que estamos en agosto y con menos personal, el trabajo sigue siendo ingente. Es en Atención Primaria donde ha recaído todo el peso con la vacunación, el seguimiento de los casos, que en según datos de esta semana eran de 12.700 personas (además de los nuevos positivos), cuando hace solo unos días ascendían a 18.500 personas.

Marzo reconoce que esa «presión va por barrios» y pone como ejemplo las cuatro localidades con toque de queda (Jaca, Barbastro, Monzón y Huesca) o Caspe y Tarazona, donde la tensión aumenta.

También opina lo mismo Teresa Cenarro, pediatra y presidenta de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, quien asegura que tras un julio «horrendo», se nota la bajada en los centros de salud, aunque también depende del número de casos notificados. Por ejemplo, en la zona básica de salud de Delicias Norte, donde ayer se notificaron 19 casos, no verán ese descenso. 

A esa labor de rastreo, asegura Marzo, se dedican los 123 equipos de trabajo, acompañados por los 20 militares dedicados al rastreo, que además de notificar si son positivos o negativos les insisten en las medidas de cuarentena. El responsable de Atención Primaria asegura que por «norma general» sí se cumplen los confinamientos, aunque reconoce problemas a principios de julio sobre todo porque los jóvenes (la mayoría de los casos tenían entre 20 y 30 años) «nos lo ponían difícil» porque tienen muchos contactos.

Embarazadas durante la pandemia: «Les da más miedo dar a luz»

Sanidad lleva semanas recomendando a las embarazadas vacunarse contra el coronavirus para evitar riesgos. Y también lo hacen las enfermeras y matronas aragonesas, quienes animan a inmunizarse antes del tercer trimestre de embarazo. Lo mejor, en torno a la semana 20. Algunas mujeres acuden a las consultas para preguntar «qué vacuna les vamos a poner» y siempre es Pfizer y Moderna, que tienen «efectos secundarios atenuados» porque no son «virus vivos», asegura la matrona Aitana Morant. Además, reconoce que alguna ha mostrado dudas en vacunarse, pero se les recomienda hacerlo porque da seguridad a la madre y al bebé, ya que pasa la inmunidad. En el caso de Aragón, desde Sanidad no consta «nada extraordinario» respecto a este tema; y no se va a dar prioridad en cuanto a la vacunación ya que «ya están abiertos todos los grupos de edad». Morant señala que normalmente, las embarazadas «están más preocupadas por dar a luz que por el covid», aunque también recomiendan la vacunación de sus familiares y contactos; y que «no tengan muchas relaciones sociales»

En el caso de Teresa Tolosana, presidenta del Colegio de Enfermería, las mamás novatas tienen «más dudas sobre lactancia» porque la inmunidad pasa a los bebés a través de la leche «con las defensas que van generando». Lo que sí está claro es que si toca otra vacuna, hay que espaciarlas una semana.

Otra de las noticias que han llamado la atención es que la vacuna puede provocar desarreglos menstruales. Un 67% de las mujeres así lo habían señalado según un estudio de la Universidad de Granada. A Morant, asegura, le han llegado consultas pero hay que tener en cuenta que el retraso «puede provocarlo cualquier vacuna». En este sentido, explica que la encuesta se realizó a 7.000 mujeres pero había «sesgo» porque participaron féminas ya predispuestas. Por eso, la matrona asegura que esos datos los datos «los manejamos con pinzas».

También está siendo alto el número de casos en los menores, que tienen «cuadros leves» pero en algunos casos «infectan a padres y abuelos aunque estén vacunados», lo que provoca el «incremento en segundas y terceras generaciones» que son los que ingresan, afirma Marzo, aunque «también hay gente joven entubada y quizá haya algún fallecimiento».

Teresa Cenarro cuenta que durante la pandemia el número de niños contagiados se ha mantenido por debajo del 10% y en verano ha subido a más del 20%, provocado por el aumento de positivos tras colonias y campamentos, una cifra que se ha frenado «tras las estrictas normas que puso el Gobierno de Aragón».

También opina lo mismo la presidenta del Colegio de Enfermería, Teresa Tolosana, que considera que con el verano, «la playa, el parque y la piscina» se han relajado las medidas, aunque «afortunadamente» en este grupo no se esperan «complicaciones» y más del 40% se han enterado porque «han estado con otro positivo».

En esta sexta ola, el virus ha vuelto (si en algún momento había salido) a las residencias, donde está «la población más vulnerable», considera Marzo, aunque en números no comparables a otras olas pero «cualquier fallecido» duele, por eso hay que mantener el distanciamiento social, la mascarilla y continuar con la vacunación.

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Ahí, la red de primaria ha hecho un trabajo «muy potente», pero quizá, asegura, por la «fatiga pandémica» y ese gran porcentaje de vacunados ha provocado «cierta relajación» tras 17 meses de «sufrimiento». Los últimos en incorporarse, los de 12 a 15 años. «Los padres quieren vacunar a sus hijos», reconoce Cenarro; y si los «padres vienen relajados ellos también», apunta Tolosana, quien reconoce que «jamás he dicho una marca de vacuna tanto como ahora».

En cuanto a si habrá que seguir conviviendo con el virus, Marzo no hace «pronósticos» y cree que «nadie los hará» porque este virus «nos ha dado bastantes lecciones y habrá que ir día a día».